Bares de siempre

Bares de Ibiza: la Oficina es Fornàs, una nueva generación «de la vieja escuela»

La cafetería del polígono de sa Blanca Dona vive una nueva y exitosa etapa

El equipo de La Oficina Es Fornàs. | Toni P.

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En 1993 nacía Sandra Boronat, de Can Boro, y Miguel Alzina finalizaba la construcción de la nave en la que reservó una de sus esquinas para montar una cafetería para dar servicio a toda la zona, en la que se encuentran desde el instituto de sa Blanca Dona hasta el polideportivo y la piscina, además de talleres y concesionarios. «La cafetería pasó por un par de manos antes de que empezara a funcionar», recuerda Alzina respecto a la gestión de su local, que «empezó a funcionar cuando llegó Teodoro en 1999».


Teodoro

Teodoro Ortega regentó Es Fornas durante cerca de 25 años. «Él tenía muchas ideas, siempre fue un profesional de la hostelería y un gran trabajador: vivía para trabajar», recuerdan Miguel y su hija Sonia respecto a la larga etapa de Ortega al frente de es Fornàs. Alzina también recuerda a la familia de Teodoro, empezando por su hijo Julián, que se implicó en el negocio.

«Sin ninguna duda, la peor época fue la de la pandemia», reconoció Ortega en una entrevista para Periódico de Ibiza respecto a sus años en es Fornàs. «Solo podía servir a los clientes de uno en uno y con comida para llevar. Los clientes se portaron muy bien y tengo que estarles agradecido tanto a ellos como a los dueños del local, que tuvieron el detalle de cobrarme la mitad del alquiler durante el tiempo que tuve que tener cerrado. Estuve luchando muy duro yo solo», recordaba el hostelero jubilado hace un par de años y que nunca mantuvo en secreto la fórmula de su éxito: «la ilusión por trabajar».


Nueva generación

Mientras Teo gestionaba Es Fornas, entre la clientela del instituto ubicado a pocos metros se encontraba una joven Núria Costa, de Can Brodis. Años más tarde, Sandra Boronat empezaba su experiencia en la hostelería con «el mejor maestro del mundo», Bartolo Costa, de Can Brodis, y la hija de este, Núria, con quien forjaría una estrecha amistad trabajando codo con codo en su bar de Vila.
«Allí aprendimos la manera de trabajar de la vieja escuela, a tratar de tú a tú a la clientela», asegura la pareja de amigas y ahora socias al frente de es Fornàs desde diciembre de 2023, fecha desde la cual su nombre se ha ampliado a La Oficina es Fornàs.

«Trabajando en Can Brodis aprendimos tanto lo que sí como lo que no nos gustaba», reconocen tanto Núria como Sandra para argumentar algunos de los cambios que implementaron en el local, más allá del cambio de nombre y decoración del local de Alzina.


Cambios

«A diferencia de antes, ahora cerramos por las tardes, a las 17:30 entre semana y a las 12:30 los sábados», explican las responsables de La Oficina desde su experiencia. «A partir de esa hora la gente empieza a pedir más alcohol y es cuando vienen los problemas». Otros cambios y novedades que han implementado las dos emprendedoras tienen que ver con la oferta gastronómica, basada en «tapas ibicencas como la frita de porc, de sepia, lengua en salsa, frita de asadura, manitas de cerdo o la frita de polp de los jueves».

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Aunque ambas coinciden en señalar como la estrella de la cocina de La Oficina el bocata de carrillada, que «nos da el toque distinto frente a tantas otras cafeterías que preparan el de carne asada». «No tenemos menú ni carta de platos», advierten Boronat y Costa respecto a su oferta, que limitan a «platos combinados y un plato del día que nos sugiere el mercado con su producto más fresco, además de los bocatas y las tapas, claro».


Vieja escuela

Lo que han mantenido Núria y Sandra es el carácter de «vieja escuela» que aprendieron junto a Bartolo y con el que Teo trabajó siempre. Un carácter que se refiere tanto a la cocina como al trato con el cliente: «Tratamos a todo el mundo de tú a tú y conocemos a la gran mayoría. Por las mañanas solo nos decimos ‘bon dia’ porque nosotras ya sabemos lo que van a tomar».

Una profesionalidad que no está reñida con la simpatía que ejercen las responsables de La Oficina que, tal como aseguran, «nos encanta alegrar el día a la gente; con un ‘¿cómo estás?’ suele bastar». «Por suerte trabajamos mucho, pero trabajamos tanto como nos reímos», insisten, reflejando el «buen rollo» y el buen ambiente de trabajo entre ambas y el resto del equipo, formado por Yoli y por Mari en la cocina. Tanto Sandra como Núria reconocen haber tenido «mucha suerte» a la hora de formar un «equipazo» 100 % femenino «ahora que está tan complicado el tema de encontrar trabajadores».
«Somos más que compañeras, somos una pandilla de amigas que también se junta para ir por ahí a divertirse».


Buen rollo

La combinación de un buen servicio, una buena oferta y una buena ubicación, con el añadido del ‘buen rollo’ del «equipazo» de La Oficina es Fornàs, atrae a un amplio catálogo de perfiles entre su clientela. «Vienen tanto trabajadores de la zona como de fuera, deportistas que entrenan en el polideportivo, también gente mayor que viene a desayunar tras nadar en la piscina, alumnos y profesores del instituto, muchos policías y guardias civiles…», enumera Sandra para describir a quienes cuentan asiduamente con el ‘buen rollo’ de su «equipazo».

Manu es más que un cliente de La Oficina es Fornàs: «Él es quien nos avisó de que el local estaba disponible, además de quien nos hizo la reforma», revela Núria. «Vengo prácticamente cada día desde que abrieron», admite Manu, sentado con Miguel Ángel, también amigo y cliente asiduo de Sandra y Núria, con quien coincide en afirmar que «siempre te reciben con una sonrisa y te atienden con buena cara. Venir a La Oficina te alegra el día». En cuanto a la oferta del local, Manu y Miguel Ángel también coinciden a la hora de destacar «la ‘frita de polp’, que hacen con la receta de Cati, la madre de Núria».

A la hora de proponer mejoras, Miguel Ángel bromea segundos antes de que descuelgue el teléfono ante una llamada de su pareja: «Que pongan un inhibidor de frecuencia para que sea un sitio sin conexión, aunque cuando estoy aquí no descuelgo nunca el teléfono». Joan ‘Palleva’ también es un Joan ‘Palleva’ también es un cliente habitual de Núria y Sandra «desde que estaban en Can Brodis».
«Vengo prácticamente todos los días a tomar una cerveza al terminar el trabajo; cuando tengo libre, vengo a desayunar tranquilamente», explica ‘Palleva’ ante su majestuoso bocadillo de carrillada. Julio coincide con Joan respecto a la fidelidad hacia Sandra y Núria desde sus orígenes en Can Brodis.

«Vengo a desayunar casi todos los días desde que abrieron», comenta mientras apura el desayuno junto a su compañero, David, que no deja de alabar «la tapa de pulpo de los jueves», y Jose, también habitual en La Oficina, donde asegura, entre las risas de sus comensales, que «siempre te encuentras con alguien con quien criticar al que no está y con quien arreglar el mundo mientras desayunar».