BNP Entrevistes

«La inmigración siempre ha existido; lo suyo es que sea beneficiosa para todos»

La colombiana Alejandra Gámez es la impulsora de la Asociación de Empresarios y Emprendedores Extranjeros de Ibiza

Alejandra Gámez, durante la entrevista en el programa ‘BNP Entrevistes’ de TEF. | TEF TV

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Alejandra Gámez participa en el programa de la TEF, ‘Bona nit entrevistes’.

—Se define como una mujer emprendedora.

—Sé aquello que quiero y cómo conseguirlo. Sobre todo, tratar de tener una coherencia y que lo que una piensa, dice y hace, vaya en línea.

—¿Dónde nació?

—Nací en el eje cafetero de Colombia, en Pereira. Es la capital del café, así que me crié entre montañas. Allí me dediqué a tomar mucho café y a promocionarlo. Trabajaba en televisión hace 25 años. Después, emigré legalmente a España.

—¿Cómo era usted de pequeña?

—Vivía en un valle y me crié en el núcleo familiar de mi madre, la familia Zúñiga. Mi abuela fue un pilar muy importante para mí. Es una familia grande. Mi padre es ingeniero mecánico y mi madre estudió electrónica en Bogotá. Fue difícil porque no era habitual que una mujer estudiara Electrónica en esa época y fue un ejemplo para mí.

—Suelo preguntar por el primer recuerdo que a uno le marca.

—La perseverancia en aprender a montar en bicicleta porque me dejé media rodilla intentándolo, aunque al final lo logré. Soy perseverante. Pienso en algo, el cerebro se activa y comienzo a crear. Yo de pequeña era el demonio y preguntaba mucho. Miraba también mucho al cielo y tenía que saber los motivos de todo.

—¿Sigue bebiendo café?

—Siempre, y de Colombia. No me hace nada. Sólo me calienta el cuerpo.

—Háblenos de su adolescencia.

—Salió la época de ser modelo, Reina de la Belleza. Comencé en el colegio, donde fui reina, pero no por ser la más guapa, sino por ser la que mejor respondía a las preguntas. El primer reinado fue en Palmira y tenía que hablar de la caña de azúcar. Allí, estos reinados tienen que ver mucho con el turismo. Yo quería romper esa imagen de la reina ignorante. Yo quería ser una reina lista e incentivar a otras niñas a estudiar. Gané cuatro concursos. De Palmira saltamos a Pereira y allí era curioso porque era rara: no cosía, no tocaba ningún instrumento y hablaba con un acento diferente. Allí gané otro reinado en la época del narcotráfico. Había chicas de barrios muy bajos y con pocas opciones de estudiar y querían impresionar al narcotraficante. Yo lo veía diferente y creía que mediante el estudio se podían lograr cosas, aunque no inmediatas. Pienso que en la vida siempre hay grados de dificultad.

—¿Se apuntaría ahora a un concurso de belleza?

—Como jurado es posible

—En su país se hablaba de feminismo o de ser femenina.

—De lo segundo. Existía un patrón que yo nunca respeté.

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—¿Ha marcado usted el camino?

—Sí, normalmente sí, pero me gusta mucho trabajar en equipo, convencer para que vengan.

—¿Se arrepiente de algo de aquel camino que le llevó hasta aquí?

—No, de nada. Incluso los errores cometidos fortalecen y hacen que una sea como ahora.

—Habrá un cambio grande entre Colombia y EEUU.

—Totalmente. Yo acabé los estudios en Colombia y emigramos a los Estados Unidos al terminar el bachillerato. Parte de la familia de mi madre vivía en Nueva Jersey y allí vi otra realidad, otra juventud, y conocí el capitalismo puro y duro. Al llegar, justo había salido la película ‘Pocahontas’ y, entre tanto rubio, yo era ella. Empiezas a ver otro mundo, otra realidad. No hablaba nada de inglés y me costó bastante. Era la época en que, por ser de raza india, me sacaban del establecimiento y era normal. Había racismo. Tengo buenos recuerdos de EEUU. Vi que era la primera potencia. Hay mucho patriotismo y lo llevan en vena.

—Allí continuó estudiando.

—Regresé a Colombia y allí comencé a estudiar Ingeniería en la universidad y los sábados, Informática. Durante esa época empecé también con Ingeniería comercial, un estudio que nació en Chile y que dio solución a determinados problemas. Con el profesor que tenía entonces y otros estudiantes lideramos un movimiento para que la Ingeniería comercial fuera lo que realmente es hoy. Entonces, mi exesposo vino a España y me trajo después legalmente. Yo vine por reagrupación familiar.

—Hay mucha gente que se queda de manera irregular.

—Mucha y debemos hacer una regularización. Hay una gran cantidad de personas en situación irregular, con una profesión en su país de origen, y en España hace falta mano de obra con formación. Cuando yo llegué, lo hice con la residencia, pero no con permiso de trabajo. Lo primero fue consultar en el Ministerio de Educación si mi carrera existía aquí. Después de mandar muchas cartas, me dijeron que debía verlo en un catálogo. No había Ingeniería comercial, pero sí Administración de empresas y otras cosas. España debe tener la seguridad de que se ha estudiado lo que uno dice y esos procesos deben ser así, demorados, y realizarse de una manera legal con toda la seguridad. A veces oigo quejas por los largos trámites, pero debemos ser más agradecidos al país de acogida y esa es una de las ventajas de España, que te permite homologar cosas. Es vital que los ciudadanos extranjeros se animen a homologar esos estudios.

—Usted ha montado una asociación, ¿cuál es su propósito?

—Tras haber realizado esa inmigración de forma legal y haber sacado el permiso de trabajo, he podido crear algo en base a mi experiencia. Yo trabajé en una gestoría en 2021 y llevaba el área de seguros y escuchaba cómo, en temas relacionados con Extranjería, informaban erróneamente y pedían una cantidad de dinero que tampoco tenía que ser así. Yo comencé a plantearme cosas. Con el conocimiento que tenía, estudié después Mediación en la Universidad. Con dos compatriotas hicimos una manifestación pacífica y de ahí surgieron muchas cosas. Entre ellas, vimos la necesidad latente de mucha población de saber cosas. Cuando el extranjero llega no sabe qué es el Consell o el ayuntamiento. Así, pensamos en crear una asociación. Fui a la PIMEEF y de ahí surgió el nombre: AE4.

—¿Quién se acerca y qué pregunta?

—Hablando de la asociación, llegó también el comisario Manuel Hernández, un pilar fundamental en este proceso. En el Consell hicimos una jornada de extranjería y se llenó. Fueron dos horas y nos faltó tiempo. Después, contacté con Santa Eulària Empresarial y, lo que debía ser una charla, acabó siendo un foro. Al mismo tiempo, hice las prácticas en la Comisaría y me cambió el concepto de muchas cosas. Comencé a atender extranjeros y me di cuenta de la importancia de la Policía Nacional. Después, la primera firma de la asociación la hicimos en la Comisaría. Inicialmente, creamos la asociación en Ibiza y Formentera, aunque ya después fuimos a por Mallorca y Menorca. Cada isla tiene un perfil diferente y hemos ya celebrado el tercer foro económico del que han salido grandes cosas. Cuando trabajas desde la intención de ayudar a los demás y ser un puente entre empresarios y habilidades, las cosas pueden coger muy buen color.

—¿Cuál es el futuro de la asociación?

—Ser la primera federación balear liderada por extranjeros que mueve economía o mediación en España.

—En EEUU hay hispanos que no quieren que llegue más gente.

—Lo que pasa es que son dos países distintos. EEUU es un país capitalista puro y duro y el que emigra allí piensa en el dinero, no en calidad de vida. Quienes emigramos a España, sí pensamos en la calidad de vida y creemos en la familia. Pienso que la inmigración siempre ha existido, lo suyo es cómo la ejecutamos y que sea beneficiosa para todos. Que esté organizada y bien gestionada es lo que promovemos en la asociación. Mi visión, además, es haber creado cuatro asociaciones para dar forma a una federación balear, que es el inicio de una nacional. A raíz del foro, he dejado semillas en Madrid, entre ellas un contacto vital. Promovemos la inclusión de la gente que viene a trabajar, a aportar.