Adrián Moreno, durante un momento de la entrevista en ‘BNP Entrevistes’ con Agustín Prades.

El experto en temas como la ciberseguridad o las nuevas tecnologías, Adrián Moreno, ha participado en Bona nit Pitiüses Entrevistes de la TEF y ha repasado los peligros de los dispositivos móviles o de la IA.

—Aunque es ibicenco, su especialidad no se puede estudiar hoy por hoy en la isla.
—No, lamentablemente. Poco a poco, iremos viendo cómo se pueden ir haciendo cosas desde Ibiza, en la UIB, como algún tipo de formación especializada en nuevas tecnologías o ciberseguridad. Yo estudié en la Complutense de Madrid, donde también doy clases.

—¿Tuvo que estudiar algo al principio y después especializarse en ciberseguridad?
—Yo comencé con Periodismo en la Complutense y después me especialicé en el tercer año de carrera en Derecho Digital. Posteriormente, en ciberseguridad e hice un máster en ciberinteligencia y protección de datos. Al final, son especializaciones basadas en Internet y en las nuevas tecnologías. Una vez las hice, comencé a dar clases y ahora, de vez en cuando, imparto también clases en comunicación digital o nuevas tecnologías, sobre todo, enfocado a la ciberseguridad..

—Tuvo una visión de futuro importante.
—Es verdad que así fue. En ese momento, la mayoría quería formarse en deportes o cultura. Cuando dije que me quería especializar en aquello, quedé como un bicho verde. Hablamos del año 2015 y en ese momento mucha gente conocía los peligros de Internet, pero la IA todavía no la conocíamos, aunque existía de otra manera. La ciberseguridad era una desconocida. Me especialicé y descubrí un mundo apasionante y que me sigue apasionando. Desde hacía años yo era un apasionado de las nuevas tecnologías y los ordenadores. Trastear con ellos era algo que me gustaba mucho y, sobre todo, contarlo. Dar a conocer la seguridad en la Informática y que todo el mundo la entienda. Al final, vivimos en un mundo en que a muchas personas les hablas de estos temas y lo ven como un peligro.

—Es un terreno pantanoso.
—Exacto. Hay que divulgarlo de una forma que se entienda porque, en caso contrario, genera controversia y desconfianza.

—¿Sabemos realmente lo que hacemos al encender un ordenador?
—Hoy en día casi todos los dispositivos están conectados a Internet, desde un coche hasta un dispositivo en el hogar, pero desconocemos si tienen seguridad por diseño o no. Deberían tenerla por parte de los fabricantes, aunque lamentablemente muchas veces no la tienen. Cuando recibimos un mensaje que nos indica que debemos actualizar un ‘software’, eso no es para que cambie el color del dispositivo, es porque hay un fallo de seguridad y debes resolverlo. Si no se actualiza, el fallo continúa y hay infinidad de peligros: desde virus hasta el robo de datos.

—En ese mundo también hay información adulterada. Se comenta el caso de las aspiradoras autónomas porque se dice que incluso pueden grabar.
—Es verdad. Lo graban todo e incluso conocen la casa mejor que tú. Eso es un programa que mapea la casa. ¿Qué pasa con esas grabaciones?. Hay incluso páginas que recopilan imágenes de seguridad de los domicilios o empresas y están ahí. Cualquier persona puede verlas. Nosotros confiamos en que ese aparato sea seguro, pero puede no serlo.

—Cuando se tiene un ordenador, ¿se debe tener siempre un antivirus?
—Dentro de la privacidad de los dispositivos hay que tener medidas de seguridad y un antivirus es una barrera más, aunque no es la panacea. Es algo que puede bloquear determinadas entradas por parte de actores maliciosos. Debemos tenerlos también en los móviles.

—En ocasiones se habla de algo y después comienza a aparecer en los teléfonos. ¿Quién decide estas cosas?
—Es la eterna pregunta. Lo desconocemos. Son cajas negras. Es como la IA porque no sabemos cómo está programada o qué datos tiene. Hice una entrevista a la persona que tiene más dispositivos conectados al cuerpo y me dijo que la privacidad no le importaba. Vamos a hacernos esa pregunta, si nos importa o no, porque todos tenemos algo que esconder. Nadie tiene por qué saber nuestra cuenta bancaria o dónde vamos de vacaciones. Hay que ser conscientes de eso. Los datos son el oro del siglo XXI. Ahora hay aplicaciones que no piden dinero, pero sí datos. Por norma general, después se van compartiendo entre empresas. Por suerte, en Europa tenemos un reglamento general de protección de datos y el derecho de saber dónde van a parar.

—¿Es factible lo de borrar todos los datos de una persona de Internet?
—Se puede hacer, aunque cualquier persona puede haber hecho una copia y ahí se pierde el rastro. Desconoces quién puede coger esa información. Hay empresas que seguramente nos conocerán más que nosotros mismos.

—Hablemos de las estafas porque cada vez es más perfecto todo. ¿Hay protección ante todo esto?
—Siempre comento que es mejor ir por la vía tradicional. Si nos llaman o nos mandan un mensaje haciéndose pasar por un banco, llamemos o vayamos a preguntar. Nunca caigamos en la trampa de estos criminales: la urgencia. Tranquilamente, lo que hacemos es llamar o ir y allí sabremos si es real o no. Al final, debemos desconfiar, pensar y aplicar el sentido común. Hay cada vez más estafas con la IA porque todo va más rápido.

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—¿Qué es la Inteligencia Artificial?
—Es un sistema creado para hacer lo que nosotros hacíamos tradicionalmente, pero a una velocidad mayor. Poco a poco, vamos viendo que nos supera y posiblemente en unos años nos superará al 100%. Cada vez veremos nuevos avances y este 2025 será el año de la IA, pero a un nivel más avanzado. Sí que está quitando trabajos que se hacían de una forma repetitiva porque son cosas que una máquina puede hacer y la persona centrarse en asuntos más innovadores que generen más conocimiento.

—¿Nos permitirá tener más tiempo de ocio?
—Por ejemplo, e incluso diría que hay ya muchos presentadores de IA, aunque se equivocan. Hay incluso herramientas de la IA que corrigen sus propios errores. Además, la IA sabe mentir. No sabemos quién le ha enseñado a engañar y a reírse y gastar bromas. El ser humano será esa pieza clave para saber qué es real y qué no.

—¿Qué profesiones sufrirán más la IA?
—Sufrir como tal, la comunicación en algunos aspectos o la creación de contenidos, porque hay muchas IA que ya están creando solas ‘podcast’. Como tal, afectar a un sector, no creo que afecte, pero sí va a ayudar mucho.

—¿Ese aspecto de engañar o mentir se puede legislar de alguna manera?
—En Europa ya está. Está delimitado, pero en redes como X se difunden muchos bulos. La ley, muchas veces, va por detrás y veremos cómo se comienza a legislar más, aunque cómo se le pone coto a un avance que es diario.

—Usted ha publicado varios libros.
—En alguno de los más recientes hablo de la protección de datos y de hasta qué punto somos conscientes de la información que damos y de si es positivo o no. Es una radiografía sobre si sabemos cómo nos exponemos en Internet o en las redes. Muchas veces, comenzamos a compartir imágenes y, tras un año, no sabemos el daño que ello nos puede ocasionar.

—Los jóvenes entran alegremente en Internet, ¿hay forma de protegerles de aquello que no es positivo?
—Lo primero es educación desde pequeños. Un dispositivo móvil no lo recomiendo a edades muy tempranas, aunque depende de la madurez del niño, pero principalmente de la edad. A partir de 12 o 14 años es cuando le puedes educar con un dispositivo y explicarle cómo funciona usando también controles parentales. Todos tenemos un dispositivo y estamos expuestos a cualquier peligro, también los mayores.

—Se habla mucho de cómo se usa la tarjeta a través del móvil.
—La libertad de pagar en efectivo la están quitando. Al final, todo es para que sepan en qué te gastas el dinero y las empresas te inviten a comprar productos relacionados con aquello. Muchos países ya tienen el euro digital.

—Sobre los conocidos ‘hackers’, ¿se puede estar protegido al 100%?
—Pueden entrar en el móvil de una persona o incluso en el Pentágono y cada vez más rápido. La ciberseguridad 100% no existe, como tampoco existe a nivel físico. Desconocemos los peligros y eso hace que podamos vivir. Si los conociéramos, no saldríamos de casa. Hay que poner barreras, es imprescindible. Hay herramientas que, con tres segundos de audio, ya pueden suplantar tu voz.

—¿Es tan fácil?
—Sí, parece ciencia ficción, pero no lo es. Hay aplicaciones que lo facilitan y personas que saben. No somos conscientes de cuando usamos el ‘Bluetooth’ y se puede acceder a nuestro móvil, también con una red pública. En casa, no dejamos ventanas abiertas porque pueden entrar, pero en un dispositivo móvil sí. ¿Verdad que no dejaríamos el coche toda la noche con las puertas abiertas?. Esto es lo mismo. Intentemos no dejar puertas abiertas para que no accedan.

—Este mundo va muy rápido.
—Cambia cada día y aprendes cosas nuevas. Los contenidos que leo son cosas que el día anterior pensaba que no existían.

—¿Cómo ve el mundo en cinco o diez años?
—Yo lo veo con nuevos avances y veremos que, al final, o nos adaptamos a la tecnología o moriremos en el aspecto laboral. Veremos avances enormes con la IA y que, en parte, nos pueden beneficiar, pero nos tendremos que adaptar.