Decenas de jóvenes presenciaron esta charla, con motivo del 25N, en l’Escola d’Art d’Eivissa. | V. H

A través de la socialización diferencial de niñas y niños, el psicólogo del Centro de Estudios y Prevención de Conductas Adictivas del Consell d’Eivissa (Cepca), Alejandro Moreno, explicó ayer a decenas de jóvenes estudiantes los roles y estereotipos de género que producen desigualdad y llegan a provocar violencia machista. Una charla con motivo del 25N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, titulada Sortir de la Caixa, que profundizó sobre las nuevas masculinidades y la realidad social que viven las mujeres.

«Hay mucho machismo todavía en España; puede que no tan legal como antes, pero sí cultural. Incluso muchos hombres se sienten con el derecho de someter a la mujer», lamentó Alejandro Moreno durante esta charla en l’Escola d’Art d’Eivissa. También estuvo presente durante toda la ponencia la pedagoga y directora del Cepca, Belén Alvite.

En este sentido, Moreno subrayó que en uno de los últimos cursos presenciados por el Cepca conocieron a un psicólogo especializado en tratamiento a maltratadores que señalaba, «de forma pesimista», que estos hombres «no cambian».


Maltratadores

«Este experto explicó que los maltratadores de violencia machista normalizan este comportamiento porque se sienten con ese derecho y, además, esta violencia forma parte de su manera de pensar», aseguró. Unas actitudes y conductas machistas que, según este psicólogo del Cepca, empiezan a adoptarse desde la infancia con la socialización diferencial, ya que, manifestó, contribuye a la perpetuación de desigualdades sociales porque refuerza estereotipos y prejuicios.

Por eso, indicó, es tan importante «cambiar esta mentalidad desde el principio». Para mostrar esta realidad, el profesional Alejandro Moreno compartió una imagen que reflejaba las violencias más sutiles e invisibles que se encuentran bajo la superficie, como, por ejemplo, aquellos mensajes diferenciados para niñas y para niños que perpetúan estereotipos de género. «Si es niña, lo más probable es que se le compre ropa de color rosa y, si es niño, de color azul», agregó, mientras mostraba una imagen de dos bebés; uno vestido de rosa y otro de azul.

«La socialización diferencial está englobada dentro de la violencia de género. No quiere decir que este proceso diferenciado según el género cause estas actitudes, pero todo forma parte de estas situaciones de discriminación», apuntó, haciendo hincapié en que la violencia contra las mujeres también es una forma de discriminación por cuestión de género.

«Etiquetamos a las personas para poder educar de manera distinta en base a los estereotipos de género. Desde que nacemos existe esa necesidad de etiquetarnos. Ahí empieza el problema porque surgen los efectos de la socialización diferencial», lamentó e indicó que mediante este proceso, que existe desde hace siglos, las personas aprenden a pensar, sentir, valorar y actuar como hombres o como mujeres. «¿Se puede cambiar esta situación?», preguntó Moreno a los estudiantes, los cuales estuvieron muy participativos durante la charla. Asimismo, algunos de ellos destacaron que los roles están muy establecidos y otros adolescentes hablaron sobre las desigualdades y los privilegios de género que tienen los hombres.

Fue entonces cuando surgió durante la charla el término «patriarcado». Una palabra que los estudiantes calificaron como un «sistema social y cultural establecido que asume la inferioridad de las mujeres». Moreno optó por escenificar este término y mostró a los alumnos una imagen de un hombre aprisionado dentro de la «caja del patriarcado» que contribuye a apuntalar estos estereotipos de género.

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«Seguimos aprisionados porque se nos transmiten estas creencias; estos roles de superioridad. Las primeras culturas no eran tan machistas porque no implicaban estos ideales. Todo se empezó a complicar cuando los hombres se dieron cuenta de que podían asumir estos roles de privilegio», afirmó, destacando que, si hay sociedades matriarcales, es debido a la ausencia de figuras masculinas.


Borrados históricos

En esta línea, también lamentó que las mujeres llevan años sufriendo «borrados históricos» porque sus grandes logros se han ido minimizando a lo largo de la historia.

Una realidad que, precisó, fue liberando a la mujer y su «lucha por alcanzar la igualdad de derechos con los hombres dando paso al feminismo».

«El feminismo real supone abrir la mente para sacudirse los roles de género. Ser como quieres ser, pero sin tener que asumir los estereotipos establecidos», explicó este profesional del Cepca, mientras preguntaba a los estudiantes quién de ellos era feminista, ya que, Moreno puntualizó que entre los jóvenes seguía existiendo mucha «confusión» en torno al significado de esta palabra. No obstante, prácticamente toda la sala levantó la mano.


«Feminazi»

«He realizado esta pregunta en algún instituto y sólo 10 o 12 personas levantaron la mano, incluso algún profesor o profesora se abstuvo», añadió, mientras hablaba también sobre el término «feminazi» que, según añadió, se utiliza de «forma peyorativa» en contra del feminismo.

«Estamos viendo un efecto rebote porque actualmente hay más jóvenes abiertamente machistas que en anteriores generaciones porque no saben interpretar la realidad. Hay movimientos radicales que están luchando contra las actitudes igualitarias», lamentó este psicólogo, puntualizando que ha surgido una forma renovada de machismo, que es el «neomachismo».

Tras hablar del patriarcado, este profesional mostró a los jóvenes diferentes palabras asociadas a la violencia machista como son el sexo, el género, la igualdad, el machismo, la masculinidad y el feminismo. Términos que están englobados dentro de esta socialización diferencial. Incluso, precisó que los propios símbolos reflejan esta realidad.

«El símbolo de género masculino, representado por un círculo con una flecha, refleja la lanza y un escudo. El símbolo femenino representa un espejo y se remonta al siglo XVIII», destacó el psicólogo del Cepca ante la atenta mirada de los estudiantes de l’Escola d’Art d’Eivissa. Un espacio que, además, albergaba una exposición colectiva de fotografías – con motivo del 25 N – realizada por el alumnado de Bachillerato y los ciclos formativos de Asistencia al Producto Gráfico, Impreso e Interactivo.