En pleno centro del barrio de Ses Païsses, en Sant Antoni, se encuentra uno de los puntos neurálgicos de la zona: el bar que ahora lleva el nombre del barrio, después de haberse llamado Tantami, Los Amigos y Bar Javi en sus más de cinco décadas de trayectoria.
Origen
El local siempre ha estado en las tierras de la familia de Can Verdera, de Sant Josep; sin embargo, su propietario, Joan Costa, lo tuvo alquilado durante una larga temporada mientras trabajaba como cocinero en el hotel Helios.
Allí conoció a Visitación, de Otívar, Granada, quien se convertiría en su esposa y compañera en su decisión de dedicarse a su propio negocio. «Antes lo tuvo alquilado a unos extranjeros que le pusieron el nombre de Bar Tantami a partir del 69», explica Juan Antonio, el primogénito de la pareja y actual responsable del establecimiento. En 1973, Joan y ‘Visi’ rebautizaron el bar como ‘Los Amigos’, el mismo año en que nació Juan Antonio.
Familia
«Mi padre se encargaba de la cocina, mi madre de la limpieza, y además estaban Carlos y Ángel, dos camareros, y alguno más que venía a hacer extras, como Benjamín», recuerda Juan Antonio.
Con el negocio en la planta baja y la vivienda en el piso superior, la familia Costa Quirós creció alrededor del bar. Allí creció Juan Antonio y nacieron Inmaculada y Javi (†), el pequeño de la familia, quien también inspiró el cambio de nombre del negocio familiar a mediados de los años 80.
«En esta zona había otros bares, como Los Troncos, Can Guillamó, Es Puig o al que llamábamos ‘el exagerado’, y también la barra de la tienda a la que apodábamos ‘El Corte Inglés’», recuerda Costa, mientras señala que «durante esa época el barrio creció mucho; pasó de tener unas cuantas casas con su huerto a ser lo que es ahora, una serie de edificios que conectan el barrio de ses Païsses con el de Can Bonet». Según Costa, esta transformación fue clave para el éxito del negocio familiar: «La mayor parte de la clientela, aparte de la gente del barrio, eran los trabajadores de las construcciones de los alrededores. También venía algún turista despistado que, después, siempre volvía con alguien más».
Tradición
«Tanto mis hermanos como yo echábamos una mano en lo que podíamos, pero cuando cumplí 14 o 15 años ya empecé a trabajar más en serio, como mi hermano Javi, que era una auténtica máquina como camarero», recuerda Costa. «El bar lo estuvo llevando mi padre hasta que falleció en 2010. Era muy habitual verlo sentado a última hora de la jornada jugando una partida de cartas con los clientes de toda la vida».
Con el fallecimiento de Joan, y tras la muerte de Visitación en 1996, el bar Javi cerró sus puertas definitivamente. «Entonces yo estaba trabajando en un hotel y tardé un año en decidirme a abrirlo de nuevo», asegura Juan Antonio, quien reabrió el negocio familiar el 11 de junio de 2011, esta vez bajo el nombre de Bar Ses Païsses.
Continuidad
«Seguimos con la misma dinámica de siempre», subraya Costa, que cuenta con la ayuda de Lourdes, Raquel y Cristina en la barra, Farida en la cocina junto a Fátima, y de «la que tira del carro desde que estoy enfermo de esclerosis múltiple»: Esmeralda, que además es su esposa y madre de Erika, la tercera generación de los Costa tras la barra del bar Ses Païsses. Juan Antonio también destaca la ayuda de Yolanda, «que estuvo muchos años con nosotros, desde que estaba mi padre, trabajando en la cocina».
Precisamente la cocina del bar Ses Païsses es uno de los puntos fuertes del establecimiento familiar. «Hacemos un menú por 13 euros, que tiene un buen precio y la mejor calidad posible», asegura Costa. Esta afirmación la respalda buena parte de su clientela: «El menú no solo es bueno, es enorme», comenta Toni, un vecino del barrio que visita el bar Ses Païsses a diario, seducido no solo por su cocina, sino también «por el trato que te dan, tanto si te conocen de toda la vida, como a mí, como si vienes por primera vez».
Punto de encuentro
Toni describe el bar como «el punto de encuentro del barrio» y valora especialmente «los campeonatos de billar, futbolín o parchís que organizan a menudo».
Además de los platos «buenos y generosos», como insiste José, otro vecino del barrio, muchos destacan las «enormes y variadas tapas» que se sirven con la primera cerveza. Entre ellas, los caracoles son una de las estrellas. «Son mis favoritos», comenta Javi, quien también alaba «el buen rollo» del local junto a José Manuel, que devora un plato de caracoles que habían guardado para él dos días antes.
Sin olvidar la paella que preparan los jueves y domingos, David, otro cliente habitual, destaca «el arroz con bogavante que hacen los jueves, sábados y domingos». Floren, por su parte, prefiere buscar su plato favorito en la carta: «La pizza de anchoas, que es espectacular». Floren también subraya que «las mascotas son bienvenidas» mientras abraza a su perra Dana, al tiempo que Esmeralda le sirve una cerveza.
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