Imagen de la representación, con el Rey Baltasar volviendo después de adorar al Niño Jesús. | Arguiñe Escandón

Un año más, el belén viviente de la parroquia de Sant Josep endulzó la Navidad a los feligreses que este sábado acudieron puntuales a su cita en misa. Un grupo de niños recreó, basándose en los Evangelios de San Mateo y San Lucas, todo el recorrido del nacimiento de Jesús, desde la Anunciación del Ángel a la Virgen María hasta la adoración de los Reyes Magos, pasando por la visita de Isabel, el nacimiento en Belén propiamente dicho y la adoración de los pastores.

Se trataba de niños de catequesis de la parroquia para la Primera Comunión –9 o 10 años– o también para la Confirmación –entre 12 y 14– que interpretaron a toda una serie de personajes de la historia: la Virgen María, San José, el Niño Jesús, Santa Isabel, los pastores, los ángeles y los Reyes Magos.

Antes de comenzar la misa, durante los últimos preparativos, los niños estaban, por lo general, entusiasmados. Casi todos ellos venían del mismo colegio (l'Ùrgell), por lo que la emoción era mayor si cabe. María Marí, de nueve años, estaba muy feliz por este motivo. Además, su bisabuela le había preparado el vestido de pastora. Incluso su hermana Ana, quien aún ni siquiera está haciendo la catequesis, se apuntó a la fiesta.

Johann Marí estaba convencido de que se lo iba a pasar estupendamente en compañía de sus amigos. Con todo, lo que más le gustaba de todo era «la actuación» propiamente dicha. En su caso, además, tenía la compañía de sus abuelos. Miley Marí, con sus padres, dijo que tenía «muchas ganas» de actuar de paje.

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Incluso José Andrés Llorens –Baltasar en la recreación–, el único que dijo no tener muchas ganas porque lo habían «obligado», confiaba en pasárselo bien finalmente.

Por su parte, el párroco de la iglesia, Josep Lluís Mollà, se mostraba, antes del comienzo, confiado en que la representación saliera muy bien y la gente disfrutara «como todos los años» para ayudar a que esta tradición perdure durante mucho tiempo. Al final de la actuación, sus ojos estaban contentos. Mollà destacó, aparte de la lectura de los textos y de la representación de los niños, el acompañamiento musical con villancicos y canciones típicas de este tiempo «que hacen un poco más familiar y más entrañable esta representación».

Para ello, contaban con un coro y empleaban los instrumentos más propios de la Navidad, como pueden ser el órgano, las castañuelas y las panderetas.

Al respecto, Mollà recordó que, justamente hace un año, se hizo una grabación de un texto compuesto en la parroquia y cuya música aportó Bartomeu Tur. El disco fue regalado la semana pasada durante la misa de Navidad en la iglesia de Sant Josep.