El encanto del amigo invisible reside en la anticipación y el misterio. | Monicore
La Navidad es una época mágica llena de tradiciones entrañables, desde cantar villancicos hasta disfrutar del dulce sabor del turrón, sin olvidar las visitas de Papá Noel y los Reyes Magos. Pero hay una costumbre que añade un toque especial y emocionante a estas festividades: el amigo invisible. Este juego navideño, que se celebra entre amigos, familiares, compañeros de trabajo o de clase, consiste en hacer un regalo a una persona asignada al azar dentro del grupo. El encanto del amigo invisible reside en la anticipación y el misterio, ya que cada participante debe elegir un regalo que sea del agrado de la persona asignada, sin revelar su identidad hasta el momento del intercambio.
El origen de este juego no se conoce a ciencia cierta, aunque algunos historiadores aseguran que su nacimiento se encuentra en la Venezuela del siglo XIX, cuando las mujeres venezolanas casadas no podían tener amigos y, por tanto, tampoco podían recibir regalos. Ante esta prohibición los grupos de amigos se reunían para realizar un intercambio de regalos que se denominaba «compradre de papelito». Sin embargo, hay otros investigadores que apuntan a que el origen de este juego se encuentra en Estados Unidos. En el mundo anglosajón se dice que el primer amigo invisible fue Larry Dean Stewart, un ciudadano que repartió dinero entre los que más lo necesitaban durante gran parte de su vida.
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