Y la vida volvió a la capilla del Santo Cristo
"Muchos visitantes de la Capilla del Santo Cristo nos dicen que parece nueva y eso es casi el mejor piropo que nos pueden dar después de nuestro intenso trabajo", confiesan con una gran sonrisa los restauradores Laia Fernández y Jordi Riera, justo en el interior de esta zona recién restaurada de la iglesia de Santo Domingo.
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Laia Fernández y Jordi Riera junto a un grupo de azulejos figurativos que han colocado en la capilla.
Y la vida volvió a la capilla del Santo Cristo
"Muchos visitantes de la Capilla del Santo Cristo nos dicen que parece nueva y eso es casi el mejor piropo que nos pueden dar después de nuestro intenso trabajo", confiesan con una gran sonrisa los restauradores Laia Fernández y Jordi Riera, justo en el interior de esta zona recién restaurada de la iglesia de Santo Domingo.
Devolviendo la vida a la Capilla del Santo Cristo
La iglesia de Santo Domingo, conocida popularmente como Es Convent, es uno de los edificios más emblemáticos de Dalt Vila. Ocupa un solar delimitado al norte por el Baluard de Santa Llúcia, al sur por Revellí y el Baluard de Santa Tecla, al este con el mar y al oeste con la calle del General Balanzat, que en 1591 fue donado a la orden de los dominicos por la Universitat d’Eivissa, órgano directivo de las Pitiüses, tras expropiar nueve casas, una huerta y una cueva.
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Los restauradores Jordi Riera y Laia Fernández trabajan intensamente en una de las capillas de la iglesia de Santo Domingo.
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