La UD Ibiza se está convirtiendo en una montaña rusa de emociones. El equipo y, sobre todo, la afición han pasado de la euforia a la preocupación en tres semanas. La impresionante racha de siete victorias consecutivas se ha visto cortada, y de manera drástica por una nueva racha que ya es de tres partidos sin ganar.
El mercado de invierno revolucionó la plantilla celeste que mejoró y mucho sus prestaciones. El equipo pasó de ser uno de los peores de la categoría en la faceta ofensiva a volar. En apenas cinco partidos se habían marcado más goles que en el resto de los encuentros anteriores. Las victorias se sucedían, la ilusión estaba desatada pues ya todo el entorno del club empezaba a pensar en un ascenso que en navidades parecía casi una quimera, ya que se estaba más cerca del descenso. En definitiva, se iba sumando de tres en tres y se iba escalando puestos en la tabla hasta que se alcanzó el liderato.
Primer puesto y como si hubiese aparecido el vértigo a estar en las alturas llegó el frenazo en seco. El equipo empató ante el Algeciras en un partido en el que aunque tuvieron más ocasiones que los andaluces, no se vio la misma fluidez que en las jornadas anteriores.
Un primer tropiezo que no hubiese sido para nada grave si no fuese por lo que llegó a continuación. Una inesperada derrota contra el último clasificado, el Intercity. Un choque marcado por la expulsión de Monjonell que acabó con un 0-2 muy doloroso, que hizo aparecer las primeras dudas entre los aficionados.
Unas dudas que se acrecentaron este domingo ante el Hércules en un partido en el que los ibicencos se llegaron a poner por delante en dos ocasiones, pero en el que terminaron perdiendo.
Tres tropiezos consecutivos que hacen que el equipo vuelva perder posiciones en la clasificación. Del primer puesto al tercero y la liga cada vez más apretada, pues los pinchazos que permitieron a los celestes llegar al liderato, a los que ahora se suman los propios tropiezos de los de Paco Jémez hace que otros equipos que venían por detrás estén ya muy cerca. Entre el primero, que ahora es el Ceuta y el sexto, sólo hay seis puntos de diferencia. Dos partidos cuando quedan ocho por disputarse.
Un rival incómodo
Además, la siguiente jornada tampoco es la mejor para lamerse las heridas. El Castilla es el próximo equipo en visitar Can Misses. El filial del Real Madrid no atraviesa su mejor momento, con cinco empates consecutivos, pero la calidad de sus jugadores es indudable. Las miradas se centran especialmente en Gonzalo, que es el máximo goleador de la categoría con 21 dianas.
Será el primero de los ocho partidos que tiene la UD Ibiza en esta recta final en la que debe levantarse cuanto antes para seguir peleando por el primer puesto para conseguir ese ansiado ascenso a Segunda División.
Los baches son normales y tampoco hay que desesperarse antes de tiempo. Sin ir más lejos, el Murcia también encadenó una serie de malos resultados, de los que ya ha salido y ahora suma dos victorias y un empate en los últimos tres encuentros, unas cifras que le han permitido volver a la segunda posición de la clasificación.
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