El equipo de Guillermo Fernández Romo necesitaba ganar sí o sí para mantenerse en la pelea por una primera plaza. En los primeros minutos parecía que su intención era clara: presionar arriba y buscar el área rival con ahínco. Sin embargo, esa actitud sufrió el ‘efecto gaseosa' y perdió toda su fuerza tras cumplirse el primer cuarto de hora de juego.
El equipo de Guillermo Fernández Romo necesitaba ganar sí o sí para mantenerse en la pelea por una primera plaza que quedaba a nueve puntos tras la victoria del Castellón este sábado. Y en los primeros minutos parecía que su intención era clara: presionar arriba y buscar el área rival con ahínco. Sin embargo, esa actitud sufrió el 'efecto gaseosa' y perdió toda su fuerza tras cumplirse el primer cuarto de hora de juego.
Los celestes, que jugaron de amarillo, apenas necesitaron 40 segundos para avisar de sus intenciones en un disparo de Obolskii que la defensa taponó. Arturo Molina, con un remate escorado a centro de Unai Medina, también trató de desnivelar la balanza. De los andaluces no había noticias en ataque.
Las oportunidades más claras las tuvieron Pepe Sánchez y Obolskii. El central perdonó un remate franco de cabeza tras una falta botada por Gallar en el minuto 24, mientras que el ruso, poco después, desaprovechó un mal rechace del portero a la salida de un córner y mandó la pelota incomprensiblemente a las nubes.
Los pupilos de Alfredo Santaelena se desmelenaron en la recta final. Cristian Herrera avisó primero con un remate de chilena que se marchó fuera. No perdonó poco después en la siguiente oportunidad que tuvo. David Ramos le brindó la pelota al borde del área y Herrera se sacó un zapatazo a media altura que se coló por el palo largo sin que Reynet pudiera hacer nada. Golazo y jarro de agua fría para el conjunto ibicenco, que empezaba a ver cómo la octava jornada consecutiva sin ganar tomaba forma.
En la reanudación, se esperaba una Udé más ambiciosa y decidida a buscar el empate lo antes posible. Nada más lejos de la realidad. El equipo celeste no evidenció ningún cambio de actitud ni de juego ante un San Fernando que no veía peligrar su portería.
Diez minutos tuvieron que pasar para ver la primera aproximación de peligro de los visitantes, en un pase de la muerte de Obolskii que Soko no pudo engatillar en condiciones. Poco después, Romo movió el banquillo. Retiró a Arturo Molina, que pasó bastante desapercibido el día de su primera titularidad, y entró Cedric al campo. El técnico de la UD Ibiza buscaba un cambio con dos puntas en liza.
El panorama cambió poco. Las llegadas de la Udé brillaban por su ausencia, lo que obligó al técnico celeste a realizar más modificaciones. Rubén Díez y Suleiman reemplazaron a Olabe y Soko. Poco después llegó la mejor ocasión de los unionistas para empatar. Obolskii recibió un pase lateral de Unai Medina al borde del área pequeña y disparó al muñeco a la media vuelta. Increíble, pero cierto.
El cuadro pitiuso estiró sus líneas en la recta final y el San Fernando encontró algunos espacios a la contra. De hecho, estuvo más cerca el segundo tanto local que las tablas.
Bobadilla salvó los muebles al despejar un servicio de Bibiany que iba a dejar completamente solo en boca de gol a Marcelo. Nahuel perdonó poco después un mano a mano contra Reynet al lanzar fuera y Marcelo remató también fuera a puerta vacía un saque de esquina en el tiempo de prolongación.
Así las cosas, el partido llegó a su fin y la UD Ibiza se quedó por octava jornada consecutiva sin ganar. El liderato queda a nueve puntos y el equipo celeste es ahora cuarto. La crisis es abismal en una escuadra ibicenca que, en lugar de resucitar en el último domingo de Semana Santa, se enterró a sí misma más si cabe en la pelea por el título.
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