Bosco Fernández Tapias permanece desaparecido al menos desde el 27 de septiembre, día en el que debería haber devuelto el material para hacer submarinismo. Por este motivo, el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) procedió desde el pasado día 4 a la búsqueda una vez que los familiares del desaparecido se trasladaron hasta Lanzarote para poner una denuncia al no tener noticias suyas. Estos trabajos en el medio acuático finalizaron ayer a las 18.45 al no hallar al joven, precisaron las mismas fuentes.
En este sentido, el gerente del Consorcio de Emergencias de Lanzarote, Esteban García, explicó que se encontró el vehículo que el hijo de Fernando Fernández Tapias había alquilado en la isla en las inmediaciones de la Pila de la Barrilla, en Puerto del Carmen, lugar donde se realizan «actividades subacuáticas».
A partir de ese momento se «concretan todos los datos» y se pudo confirmar que el joven había hecho un cursillo de subacuático y había alquilado botellas de oxígeno, así como todo el material que conlleva este deporte y que debería haber devuelto el 27 de septiembre.
García explicó que ese día «no devolvió» el material y «a partir de ahí se sospecha que se haya metido en el agua y no haya salido. Tenía muy poca experiencia en materia subacuática», por lo que podría haber sufrido narcosis o asfixia.
Además, indicó que en la zona en la que previsiblemente desapareció, aunque «es una explanada pero va decreciendo y al final de esa pendiente hay un veril de bastante profundidad, con lo cual si el cuerpo entró en esa zona, es improbable recuperarlo».
La suspensión de la búsqueda subacuática se debe, según explicó el gerente del Consorcio de Emergencias de Lanzarote, a que el cuerpo llevaría unos diez días en el agua y «se da por finalizado». Sin embargo, las diligencias continúan abiertas, por si hubiese «algún movimiento de cuenta o noticia extra».
1 comentario
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siento lo ocurrido, tiene que ser terrible perder a un hijo, pero como aficionada al submarinismo, si realmente sucedió como aquí se cuenta, fue una gran imprudencia, y en el fondo del mar, una imprudencia es la muerte.