«Con orgullo y emoción hemos visto casarse a Chelsea y Marc en una bella ceremonia en Astor Courts, rodeados de familiares y amigos», dijeron los Clinton mediante un comunicado de prensa al término de la ceremonia.
Los padres de la novia se mostraron emocionados y señalaron que «no podríamos haber deseado un día más perfecto para celebrar el inicio de su nueva vida juntos. Estamos felices de dar a Marc la bienvenida a la familia».
El sol lució con fuerza en un veraniego día en que los habitantes de Rhinebeck, una pequeña localidad en el valle del río Hudson y a unas dos horas al noroeste de Nueva York, vivían emocionados la que ya se ha considerado como la «boda del año» por muchos medios estadounidenses.
Los Clinton, tras la ceremonia mixta de la que ya se sabe que se ofició por el rito judío, como el novio, y metodista, como la novia, dijeron que «en nombre de los recién casados queremos agradecer a los habitantes de Rhinebeck por habernos acogido a nosotros y a todas las demás personas que han venido con sus mejores deseos en este día tan especial».
Esa pintoresca localidad del estado de Nueva York apareció engalanada con numerosos escaparates de las tiendas festejando a Chelsea y Marc, y deseándoles lo mejor, según mostraron las televisiones estadounidenses.
Al igual que ha ocurrido con algunas de las bodas reales europeas, algunos comerciantes pusieron a la venta por 20 dólares camisetas con la leyenda «The Wedding (La boda)», con dos anillos entrelazados, los nombres de los novios y la fecha de hoy.
Otros se felicitaban porque la boda de la hija de los Clinton «ha puesto a Rhinebeck en el mapa», según señalaba uno de sus habitantes a una cadena de televisión.
El rabino James Ponet y el reverendo metodista William Shillady oficiaron la ceremonia, según indicó el diario «The New York Times» en uno de sus bloggs, que apuntó a que seguramente habrá incluido la lectura de las «siete bendiciones» que se recitan en los matrimonios judíos tras dar el consentimiento e intercambiar los anillos.
Según ese diario, un amigo de los novios tenía previsto leer el poema «The Life That I Have», del escritor británico judío Leo Marks (1920-2001).
El escenario de la boda ha sido la histórica mansión de Astor Courts, construida hace un siglo por el millonario John Jacob Astor, situada cerca del pueblo y de difícil acceso para los muchos periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión de todo el mundo que han asistido al enlace, custodiado por cientos de agentes de la policía del estado de Nueva York y el servicio secreto de EEUU.
Entre los más de 400 invitados a la «boda del año» de Estados Unidos se vio a Ted Danson y su esposa, la también actriz Mary Steenburgen, amiga de los Clinton y de Arkansas como el padre de la novia.
También se vio a Madeleine Albright, quien fuera secretaria del segundo mandato del ex presidente de EEUU, o a la diseñadora Vera Wang, lo que ha hecho pensar en que ella puede haber sido la creadora del vestido que lució la novia y del que todavía nada se sabe.
Aún se desconocen muchos detalles de esta boda, que puede haber costado entre 3 y 5 millones de dólares, y que ha contado con unas fuertes medidas de seguridad, además de que hasta ha tenido por varias horas cerrado el espacio aéreo sobre ese pintoresco pueblo, para evitar que lo sobrevolaran los helicópteros de los medios de comunicación en busca de fotos del casamiento.
Antes de la boda, el ex presidente de Estados Unidos -que por petición de su hija perdió más de diez kilos para lucir bien en la ceremonia-, se mostró contento con su yerno, que es hijo de dos conocidos políticos demócratas, Marjorie Margolies-Mezvinsky y Ed Mezvinsky, ahora divorciados.
Clinton dijo que Marc -que trabaja en el «hedge fund» neoyorquino 3G Capital- «le gustaba mucho. Le admiro, y Hillary también».
De la novia, que este año ha terminado sus estudios de Salud Pública en la universidad de Columbia, no se han visto fotos ni hoy ni en los últimos días, fiel a su deseo de mantener la privacidad.
Chelsea Clinton y Marc Mezvinsky han sido novios durante cinco años y se conocieron en la adolescencia, además de haber sido alumnos al mismo tiempo en la universidad de Stanford (California).
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