El Tribunal Supremo ha confirmado la condena de doce años de cárcel impuesta por la Audiencia de Sevilla contra un militar de 32 años destinado a la Base Naval de Rota (Cádiz) por tres delitos continuados de abusos sexuales cometidos contra tres sobrinas suyas cuando las niñas tenían entre 7 y 8 años.

Los abusos se cometieron en Sevilla, en la casa en la que el condenado convivía con su mujer e hijos y también en excursiones que realizaba con su coche «con el pretexto de enseñarles a conducir».

Las víctimas, que ahora tienen entre 11 y 18 años, denunciaron lo ocurrido en mayo de 2015 tras el daño que el condenado le hizo a la tercera niña familiar de la que abusaba.

Esta menor contó lo ocurrido a una de sus primas que también había sido víctima de los abusos, y ambas lo comunicaron a otros familiares, a los que dijeron que no habían contado antes estos episodios por temor a no ser creídas y a que su tío les pudiera hacer algo.

Otra de las menores expresó sus sentimientos de culpa por no haber dicho nada antes y porque creía que podría haber evitado los abusos a otras niñas, señala la sentencia, que obliga al condenado, tras salir de la cárcel, a no acercarse a las víctimas a menos de 500 metros y durante otros cinco.