Un hombre intenta degollar a su madre enferma y luego se suicida en Madrid
Madrid02/03/16 0:00
Un hombre ha intentado degollar a su madre, de 89 años y enferma de alzhéimer, y posteriormente se ha suicidado en un piso de Madrid, según las primeras investigaciones policiales, aunque será la autopsia la que determine lo ocurrido.
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4 comentarios
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Los animales tienes una muerte mas digna que los humanos. A mi perro, cuando vi que sufria por culpa de un cancer, lo lleve al veterinario y con una inyeccion se le acabo el sufrimiento. Los humanos tenemos que sufrir, da igual si tiene cura o no
@tutsipolo No es una cuestión de dinero, lo que realmente desespera en estos casos es el ver como un ser querido muere mientras su cuerpo sigue vivo. Yo he tenido la desgracia de vivir en mis carnes lo que es tener al lado a una persona que padece deterioro cognitivo grave y la cosa más dura que puedas imaginar. Aunque lo metas en una residencia, sigue siendo durísimo (a menos que seas un desalmado y le dejes allí abandonado). No me parece extraño que de tanto en tanto alguien llegue a estos extremos puesto que hay momentos en los que te preguntas si vale la pena que siga viviendo así.
Estas cosas cada vez ocurrirán con mas frecuencia, la cadena empieza a romperse por los eslabones mas débiles. Cualquiera que se siente impotente, y sin fuerzas, ante la petición de ayuda a "las instituciones protectoras", ve que le ignoran y le dan largas, "tenemos asuntos mas importantes", "espere que entre en el protocolo", "le llamaremos cuando tengamos cita". Hay personas que viven al límite, no hacen ruido, no se manifiestan, casi se sienten culpables de su situación, cualquier chispa, por ejemplo una cartita de hacienda "debe ingresarnos 200 € y si no le embargamos", desencadenan estos hechos. Lo alarmante es que esto cada vez va a ocurrir más, en progresión geométrica. Suerte, que las personas individuales, todavía reaccionan ante una situación similar apoyando dentro de sus posibilidades.
ESTADO DEL BIENESTAR es difícil conllevar enfermedades con la gran desatención sanitaria y social, non nos gusta que nos llamen tercermundistas, pero está claro que del primer mundo, NO SOMOS,