Yassin Salhi, quien según las autoridades francesas tenía vínculos con milicianos islamistas, negó que el ataque estuviera políticamente motivado, argumentando que había tenido una disputa con su jefe. El hombre, un repartidor de 35 años, se ha ahorcado en su celda, según el responsable sindical penintenciario Marcel Duredon.
Salhi fue detenido el 26 de junio en una fábrica de la empresa de gas y productos químicos estadounidense Air Products, cerca de la cabeza decapitada de su jefe y junto a banderas con declaraciones de lealtad al grupo terrorista Estado Islámico.
El incidente se produjo el mismo día que mortíferos atentados terroristas en Susa, en Túnez, y en una mezquita en Kuwait, e hizo temer un nuevo atentado de envergadura como el vivido en enero en Francia tras el ataque contra 'Charlie Hebdo'.
El examen de uno de los teléfonos de Salhi mostró que había tomado una foto de él mismo con la cabeza decapitada antes de su arresto y que se la había enviado a un número perteneciente a un ciudadano francés que había sido localizado por última vez en Raqqa, el bastión sirio de Estado Islámico.
Las autoridades francesas afirman que Salhi estaba vinculado con milicianos islamistas y que ya entre 2006 y 2008 se le identificó en riesgo de radicalización, si bien no tenía antecedentes penales y no mostró signos de planear ningún ataque.
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