«Ha sido un infierno. Si no es por los vecinos no se que hubiese pasado». Daniel y José huyeron in extremis del pavoroso incendio que redujo a cenizas un bajo de los Apartamentos Polo, en es Canar, un incendio que produjo un enorme sobresalto entre los cuarenta vecinos desalojados la madrugada del viernes. Un fuego que se cobró un víctima: Kiara, la pitbull de tres años de Daniel.
Las llamas se declararon minutos antes de las 4 en la planta baja del inmueble localizado en la avenida Cala Martina, 62. Los vecinos de la finca de enfrente fueron los primeros en alertar de la presencia de humo y resplandores en el apartamento G-2.
En el interior de la vivienda dormían los dos jóvenes. Los golpes y los gritos de los vecinos les pusieron en alerta. El salón ya estaba tomado por las llamas y la puerta, por el calor, se había dilatado y los jóvenes tenían bloqueada la salida. In extremis, consiguieron escapar de las llamas rompiedo la ventana de la habitación y saltando al exterior.
«Escuché muchos gritos y pensé que se trataba de una pelea. Salí, vi cuál era el panorama y fui a ver si podía echar una mano», así relataba José a PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA la situación de angustia vivida durante la madrugada. Él y otro vecino, Juan, se encargaron de tranquilizar a los dos jóvenes que ocupan el apartamento arrasado por las llamas. «Los pobres iban con lo puesto: les dimos camisetas y calzado».
Daniel intentó entrar de nuevo a la casa al percatarse de que su perra se había quedado en el interior pero las altas temperaturas, el humo y los vecinos hicieron que desistiera en su intento.
Mari Luz, apuntó que Dani «está muy afectado, destrozado porque le tenía mucho cariño al animal. Además, si no llega a ser por los vecinos, igual estamos hablando de una tragedia». De la misma opinión es César: «Lo importante es que los dos chicos lo pueden contar. Cuando nos acercábamos con los extintores no se podía aguantar ni 10 segundos».
Los dos jóvenes lograron escapar sanos y salvos pero en la finca todavía quedaban otros vecinos en una situación de riesgo. Los vecinos de la planta superior estaban atrapados en su casa por las llamas y también por la densa columna de humo. Tras unos minutos de angustia, los empleados de un hotel próximo trajeron una escalera lo suficientemente alta como para evacuar a los afectados del segundo piso con la ayuda de la Guardia Civil y los agentes de la Policía Local de Santa Eulària, que ya había llegado a la zona. Otra vecina, Elisa, explicó que los vecinos se fueron alertando y abandonando las casas «aunque algunos se quedaron. Ha sido un infierno. De madrugada y con tantos niños. Ha sido horrible».
Hasta el lugar del incendio también habían llegado ya seis bomberos con una autobomba y un nodriza. Atacaron el fuego por dos frentes (parte delantera y trasera del inmueble). «Nos hemos enfrentado a temperaturas elevadísimas», apuntaron. Algunos vecinos apuntaron que era «como un gran horno del que salían llamaradas». El trabajo de los bomberos se prolongó durante tres horas hasta dar por extinguido y revisado el edificio.
La vivienda donde se inició el fuego quedó completamente arrasada y se analizan posibles daños en la estructura. La causa podría ser un cortocircuito. Daniel, el joven inquilino, que llevaba tres años en el piso, y su amigo fueron alojados provisionalmente en un hotel próximo. Sus pertenencias y su perra las perdió en el devastador incendio.
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