Al inicio del juicio por el robo del Códice Calixtino de la Catedral de Santiago, que ha dado comienzo este lunes en los juzgados de Santiago, la abogada Carmen Ventoso, que también defiende a los otros dos acusados, ha criticado que los tres procesados en este proceso «no han tenido un juez imparcial», por lo que, ha afirmado, «la nulidad se extiende infectándolo todo».
Entre otras cuestiones, Carmen Ventoso ha criticado que en el mes de junio, un mes antes de la detención de Fernández Castiñeiras y la emisión de un auto de entrada y registro, «personas desconocidas» entraron en su domicilio de O Milladoiro «forzando la entrada» y colocaron en su interior «dispositivos de grabación».
«Vigilaron y entraron, forzaron la cerradura y caminaron por el interior del domicilio. Unas personas que desconocemos tocaron lo que quisieron y no tendremos la certeza de que manipulasen los papeles o se llevasen alguna cosa. El escenario ya está contaminado», ha criticado la letrada, que ha tenido duras críticas para el instructor, José Antonio Vázquez Taín.
Asimismo, ha considerado que la detención y registro de los domicilios y propiedades de los tres acusados fue «nulo de pleno derecho», dado que varios de los registros se excedieron de la hora programada en los autos, otros no contaron con autorización expresa y en el registro del trastero donde apareció el Códice no se contó con la presencia de los detenidos. «No tiene valor de prueba», ha aseverado.
«DERECHO A LA DIGNIDAD»
En otro orden de cosas, ha pedido la nulidad de la primera declaración judicial del principal acusado, que, por la actitud del juez instructor, «contraviene la legalidad vigente en España» y el «derecho a la dignidad». Para la letrada, las preguntas de Vázquez Taín fueron «sugestivas», «repetitivas, argumentativas» realizadas «coartando al imputado», en lo que considera un trato «cuasidespectivo» al acusado.
Fernández Castiñeiras, su mujer y su hijo, los tres acusados por el robo del Códice Calixtino, han llegado a los juzgados de Santiago sobre las 9.15 horas de este lunes, en la primera sesión de un juicio que durará tres semanas. Con la cabeza baja, ninguno de los acusados han querido hacer declaraciones a la entrada y han permanecido mirando al suelo también desde el banquillo de los acusados.
4 comentarios
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Mirau quina cara d'innocent que té a sa foto, de penedit, de no haver romput mai un plat.
La verdad, con estas pruebas tan contundentes la única salida es intentar hacer reir al jurado.
Pues a mi me parece que la abogada tiene la cara más dura que el procesado.
Lo del "Guantánamo procesal" es casi hasta poético, traducido viene a querer decir el señor letrado que su cliente lo tiene jodido.