El jefe del subgrupo operativo del Grupo de Homicidios en Madrid, quien estuvo integrado en la investigación desde que el 8 octubre Bretón denunció la desaparición de sus hijos, ha dicho que, desde el primer momento, al ver la ubicación del parque donde supuestamente se perdieron los menores, le resultaba «increíble» que dos niños de dos y seis años desaparecieran allí. Además, había datos ofrecidos por Bretón a los agentes que «no casaban con el entorno y el lugar» donde teóricamente se habían perdido.
El día 9 de octubre el investigador llegó a la finca, vio la hoguera, «con una capa de ceniza muy gruesa» y que «el suelo de arcilla estaba bastante caliente», después de 30 horas de que se hiciera y, en ese lugar, con todos los agentes rastreando la finca, pudo comprobar que Bretón, desde el primer momento, presentó «una actitud muy alejada de la de otras personas en situaciones similares».
El policía estaba «sorprendido» al encontrarse ante «una persona tan fría, tan distante, tan poco emocionada, sin sentimiento de culpa, que es habitual en padres que han sufrido una situación como esa», algo que sabe el investigador por su experiencia profesional en ese campo.
A Bretón, según su 'policía sombra', no le interesaba hablar sobre detalles de la desaparición, daba «respuestas breves» y esquivas, llegando a dar «hasta cuatro versiones distintas», antes y después de su detención, incluida la posibilidad de que se le hubiera «ido la cabeza» con sus hijos.
En la finca, según el relato del investigador, Bretón no quería acercarse a la hoguera ni hablar de sus hijos y, mientras los policías estaban serios junto a la hoguera, el acusado estaba «jovial» y tranquilo, hasta el punto de que llegó a sacar «un viejo radiocasette», diciendo que podía poner música y que estaba dispuesto a cantar, siempre que no lo hiciera él primero, pero luego dijo que solo tenía una cinta de José Luis Perales, que le traía malos recuerdos y prefería no ponerla, pues se acordaba de Ruth.
Entre tanto y a lo largo de más de diez horas del primer día, pero también en los posteriores, hasta la detención de Bretón el 17 de octubre, el investigador estuvo buscando conocer su versión sobre los hechos, pero el ahora procesado siempre daba explicaciones ambiguas y ligeras, aunque sí que le habló, en los primeros días, sobre como había estado con una prostituta en un puticlub, lo que no dejaba de sorprender al investigador, pues no encajaba con el perfil de una persona que ha perdido a sus hijos. Era, según ha subrayado, «una conversación absurda, totalmente fuera de lugar». Incluso sacó una botella de vino para tomar una copa.
Esta actitud llevó al investigador a proponer a Bretón, que «tenía mecheros por todos lados, sin ser fumador», que quedaran para ver un partido, irse luego de copas y de putas si le decía dónde estaban los niños, contestando el acusado que le parecía «un buen plan».
Así se llegó al día 17 de octubre, cuando, en la finca de sus padres y situados ambos junto a la hoguera, le preguntó directamente si ese lugar le traía algún recuerdo. En ese momento Bretón bajó la cabeza y no contestó. El investigador le preguntó entonces si estaban ahí los niños, y Bretón le dijo que «cerca» y pidió que se le detuviera, lo cual ocurrió horas después en la Comisaría, tras tomarle una nueva declaración, preguntándole por detalles más concretos, pero, dado que mantuvo la misma actitud, se le detuvo. Entonces el investigador lo notó «liberado».
El investigador, quien ha dicho que en su presencia no se manipuló la hoguera, también ha relatado que, muchos meses después, en junio de 2012 y durante un registro en la finca familiar, Bretón llegó a decirle: «tu consigue que me pongan en libertad y yo consigo que los niños aparezcan vivos o muertos». El 'policía sombra' le dijo que él no tenía autoridad para lograr eso, pero que se lo contara a otra persona y que ésta les guiase, pero se negó.
SOBRE RUTH
De lo que sí habló Bretón con su 'policía sombra' desde el primer día fue de la separación de su mujer, Ruth Ortiz, a la que dedicó comentarios «gruesos», hablando de ella de forma «despectiva» en todo momento, a la que trató de «puta», repitiendo varias veces que él en la calle era un mierda, pero que en su casa mandaba él.
Junto a ello, Bretón le habló sobre Conchi, la joven con la que estuvo saliendo a la vez que Ruth, pero que como ésta no le quiso besar, pues que eligió a la que luego fue su esposa, de la que no le gustaba que trabajase, ni que estudiase, pues estaba realizando un master, mientras él tenía que ocuparse de sus hijos. Por eso estaba dolido.
2 comentarios
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Ser consciente que existe gente así, monstruos con forma humana que viven en este mundo y parecen personas normales, capaces de hacer cualquier cosa a cualquier ser y sin límite alguno... y luego faltará asimilar que dentro de unos años él esté de nuevo en la calle, todo se habrá olvidado y a vivir ... manda huevos!!
En este país vamos de un extremo al otro.La policía no es lo que era,para desgracia nuestra en muchos casos y con métodos (tradicionales),este tipo habría cantados La Traviata,hace mucho tiempo puesto que esto aburre y asquea.Cuanto dinero está costando esta representación?