En la operación policial han sido detenidas seis personas y los agentes han liberado a siete mujeres, tres de ellas menores, según informó ayer en un comunicado la Policía Nacional.
Según las primeras investigaciones, la banda se aprovechaba del estado de necesidad de las mujeres en su país de origen y les prometían una vida mejor en España.
Cuando ya estaban en España eran obligadas a ejercer la prostitución callejera en el Polígono Guadalhorce de Málaga con la excusa de saldar la deuda contraída por los gastos del viaje y le exigían jornadas de hasta catorce horas.
Según la Policía, la red criminal estaba dirigida y compuesta principalmente por una familia de ciudadanos rumanos conocidos como los «Turcu».
Los miembros de este grupo se trasladaban hasta su país de origen para la captación de mujeres en situación de precariedad, principalmente en zonas rurales, y tras entablar una falsa relación sentimental con ellas les ofrecían trabajos en el sector de la hostelería en España.
Posteriormente, las trasladaban en avión o autobús siempre acompañadas por algún miembro de la organización.
Una vez en España daban documentación falsa a las menores de edad y con la excusa de saldar la deuda contraída por los gastos del viaje las obligaban a ejercer la prostitución en condiciones infrahumanas y antihigiénicas.
La banda ejercía «un férreo control» sobre las mujeres y les exigían jornadas de trabajo de catorce horas sin posibilidad de descanso.
Parte del sistema de control sobre ellas consistía en amenazar, coaccionar e incluso lesionar tanto a las mujeres como a sus familiares en Rumanía.
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