Baleària ofrece a los pasajeros del ferry accidentado viajes gratis durante un año

De los 21 pasajeros afectados por el incidente sufrido por el Maverick Dos de la naviera Baleària en s'Illot de sa Torreta en s'Espalmador, más de la mitad presentaron días después hojas de reclamaciones en las taquillas de la compañía y prácticamente esas mismas personas presentaron, asimismo, sus escritos de reclamaciones en Consumo del Govern balear a través de la Oficina d'Atenció al Ciutadà (OAC) de Sant Francesc.
Según informó la naviera al día siguiente del accidente, la empresa contactó telefónicamente con todos los afectados, puso a su disposición un teléfono de consulta y les anunció que iban a recibir una carta oficial de la naviera. Al mismo tiempo, se les transmitió el ofrecimiento «a modo de compensación» de poder viajar gratis durante un año con Baleària en los trayectos entre Formentera y Eivissa y viceversa. Todo ello, señaló el departamento de Comunicación de Baleària, «con total independencia de las reclamaciones que los afectados consideren oportuno interponer».
Pese a que las cartas de Baleària, firmadas por el presidente de la naviera, Adolfo Utor, tienen fecha de 17 de febrero, varios pasajeros dijeron ayer que no las habían recibido. Sólo una de estas personas dijo que la había recibido ayer a media mañana, diez días después.
«Explicaciones»
La esposa de uno de los afectados dijo ayer que Baleària hizo fotocopias de los DNI, los ticket de los pasajeros y el escrito de reclamación o queja que presentaban, con lo que, debidamente sellado por la naviera, acudieron a la OAC para que los tramite a Consumo. «No queremos disculpas sino explicaciones de por qué sucedió el accidente», explicó la mujer, que aseguró que su marido iba a rechazar el ofrecimiento de billetes gratis durante un año.
Entre las reclamaciones más habituales están las referidas a la ropa y el calzado, ya que al desembarcar del Maverick Dos en un islote rocoso repleto de puntas muy afiladas, se habrían destrozado vestimenta y zapatos. Además, al subir a la primera lancha semirrígida, la más pequeña, por lo que en muchos casos se metían en el agua para acceder a ella, más de uno tuvo la mala suerte de que sus teléfonos móviles se mojaran y quedaran inservibles.