La juez Clara Ramírez de Arellano, titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, dejó ayer visto para sentencia la causa de un joven asturiano que fue detenido por la Policía Local de Sant Antoni este verano cuando se le buscaba por varios robos, algunos violentos, entre ellos uno cometido en la recepción el hotel Algarb donde se había sustraído una placa de una agente del Cuerpo Nacional de Policía.
La placa, perteneciente a una funcionaria destinada ahora en el aeropuerto madrileño de Barajas, fue recuperada por los agentes locales junto con numerosas joyas y efectos.
El acusado, que se enfrenta ahora a una condena de cuatros años de cárcel y que tenía suspendida otra de seis meses dictada el pasado mes de abril en Oviedo, reconoció los hechos que se le imputaban, entre ellos un robo en una casa, pero pidió que se redujera esta pena al entender que siempre actuó por una grave adicción que tenía a la ketamina y a la cocaína. Dicha persona además se enfrenta a distintas multas, una de ellas tras ocasionar daños en los calabozos del puesto de la Guardia Civil de Sant Antoni tras sufrir una crisis en las horas previas a su paso a disposición judicial por este caso. Tras ello, ingresó en la cárcel, lugar donde aún permanece.
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