El británico Christian Gregory, jugador de rugby de 22 años de edad, ha explicado a la prensa de Gales su experiencia de este verano en Sant Antoni, donde nada más llegar a la isla recibió una paliza que le dejó en coma. Fue hospitalizado en Eivissa y después fue trasladado a Mallorca. Hacía tres horas que Gregory y unos amigos habían llegado a la Isla cuando acudieron a un bar del West End, donde el joven recibió una paliza que lo dejó al borde de la muerte.

«Recuerdo el vuelo, el hotel y la barra del bar con los chicos y a partir de ahí todo está en blanco», declaró Gregory al semanario Wales On Sunday. «Recuerdo haber visto las hélices del helicóptero y mis padres en cuidados intensivos, pero luego nada. Luego, tres días más tarde, me desperté en la habitación de un hotel. Fue aterrador. No podía mover nada más que los ojos y ni siquiera sabía si podría mover mis manos», rememoró. «Me siento muy afortunado por estar vivo y por no haber acabado en una silla de ruedas», añadió. Gregory, que también ha sido entrevistado por este asunto por una televisión galesa, criticó el hecho de que no se haya detenido a su agresor. «La policía me llamó por teléfono una vez cuando estaba en Mallorca y no he vuelto a escuchar una palabra de ellos desde entonces», denunció el joven.

«El gobierno [británico] tiene que ponerse en contacto con sus homólogos españoles para resolver esto, algo tiene que hacerse con lo que pasa allí porque al final algún turista va a ser asesinado», manifestó.

Al respecto, una portavoz del Foreign Office dijo al Wales On Sunday: «Todo procedimiento legal que se produce como resultado de un ataque contra un ciudadano británico es competencia de las autoridades españolas".

El West End en una televisión de Gales

La misma televisión galesa se ha ocupado del caso de Sam Perrott, un soldado británico de 19 años, que este verano fue drogado, golpeado y robado en Sant Antoni. «Pensé que me habían infectado con una aguja contaminada», declaró.