La juez del Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, Clara Ramírez de Arellano, ha condenado a 20 meses de prisión a un hombre de nacionalidad marroquí, I.L., al que se acusa de agredir a un agente del Cuerpo Nacional de Policía con el objeto de huir y evitar de esta forma su trasladado a la prisión.
Los hechos se produjeron el 27 de julio de 2007. El detenido, engrilletado, salía del edificio judicial tras declarar ante el juez de guardia y los agentes del Cuerpo Nacional de Policía se disponían a introducirlo en el coche patrulla para su traslado al Centro Penitenciario de Eivissa, donde el acusado se encuentra en la actualidad.
Contra la pared
El marroquí, según se relata en el capítulo de hechos probados de la sentencia, «trató de eludir la custodia de los policías propinando para ello un golpe con el codo en el costado del agente, que salió despedido contra la pared, golpeándose la mano contra la misma, emprendiendo el acusado la huida, siendo perseguido por los agentes durante unos diez metros, no perdiéndole de vista los agentes en ningún momento, consiguiendo estos, finalmente, detener al acusado», detalla la juez Ramírez en la sentencia.
Este hecho supone la comisión de tres delitos, según advirtió el ministerio público. Un delito de atentado contra los agentes de la autoridad que lo conducían a prisión, otro de lesiones, por los daños ocasionados al policía al que golpeó, y un tercer de quebrantamiento de custodia en grado de tentativa, ya que intentó fugarse pero no lo consiguió.
Por el delito de atentado ha sido condenado a un año de prisión, por el quebrantamiento de custodia frustrado a cinco meses y por el de lesiones a tres meses más. En total, 20 meses de cárcel que el marroquí tendrá que cumplir, ya que cuenta con antecedentes.
Además, tendrá que indeminizar al agente con 1.805 euros por las lesiones y con 720 euros más por las secuelas de las mismas.
Contra esta sentencia cabe recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Palma.
Casi un mes de baja laboral
El policía golpeado por el marroquí estuvo 28 días de baja laboral y necesitó 11 días más para sanar por completo de las lesiones ocasionadas. Como secuela, dice el policía, le ha quedado un dolor perenne en la mano.
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