El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha abierto diligencias contra el presunto causante del incendio forestal que el lunes por la tarde arrasó una hectárea y media de monte en la zona de Buscastell, en el municipio de Sant Antoni.
Se trata del responsable de la finca Can Pau, de 60 años de edad, que el lunes realizó una quema de restos poda y maleza que acabó degenerando en un incendio forestal. El hombre, que sufrió quemaduras en las manos cuando intentó que las llamas no se propagaran por el bosque, no había solicitado permiso para realizar la quema. Además, existe la sospecha de que pudiera haber empleado aceite usado para efectuar el fuego.
El viento
El viento hizo que las llamas prendieran en los pinos y las empujó ladera arriba, de forma que lo que en principio parecía un pequeño fuego que no causaría mayores problemas acabó por necesitar del trabajo de unas dos decenas de personas, entre bomberos y miembros del Ibanat, en su mayor parte venidos desde Mallorca en dos helicópteros que también participaron en las tareas de extinción con descargas aéreas. El viento también dificultó a los bomberos la tarea de establecer un perímetro.
Las tareas de extinción duraron unas cinco horas, desde las 13 hasta las 18, pero fue necesario vigilar a lo largo de toda la noche que las llamas no se reavivaran.
Un mínimo de un año de prisión y multa de 12 a 18 meses
El código penal establece penas de uno a cinco años de prisión para quien «incendiare montes o masas forestales». La mitad superior de este castigo está reservada para los casos en que el fuego «alcance especial gravedad» o haya sido intencionado con el fin de lograr un beneficio económico. Además de las penas de prisión, el artículo prevé multas de doce a dieciocho meses.
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