J. J. MonerriSant Antoni25/03/10 0:00
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La juez Clara Ramírez de Arellano, titular del juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, ha aplicado la circunstancia eximente completa de legítima defensa a un vecino de Sant Antoni de nacionalidad marroquí que hirió en la cabeza a otro hombre con una barra de hierro tras verse enzarzado con éste en una pelea. El sospechoso, juzgado el pasado mes y ahora absuelto, se enfrentaba a dos años de prisión y a pagar una indemnización de 1.500 euros.

La disputa entre ambos tuvo lugar en la tarde del 15 de febrero en la calle Reyes Católicos de Sant Antoni cuando el acusado, que portaba una barra de hierro para arreglar la vitrina de un amigo, fue abordado por un individuo que sin más le pidió hachís. Al decirle éste que él no traficaba con hachís, el otro le dijo que le buscara una prostituta. «Si no sabes de hachís, entonces sabrás de putas», le espetó el hombre que peor resultó parado tras la refriega, según reconoció él mismo en el juicio.

Caso omiso

La magistrada responsable de la sentencia considera probado que el residente magrebí hizo caso omiso al desprecio y se dio la vuelta para marcharse. Fue entonces cuando el denunciante «le golpeó en la parte trasera de la cabeza con una botella de cerveza de litro que acababa de comprar».

En el mismo texto se establece: «El acusado cayó al suelo y forcejearon, abalanzándose el perro de T. (un animal de raza pit-bull según se dijo en la vista oral)». La resolución re coge que el sospechoso golpeó con la barra de hierro a su oponente para «zafarse de su agresión».

El denunciante aseguró en el juicio que, tras su desafortunado comentario, él era el que había sido atacado a causa de la ofensa. La juez Ramírez de Arellano, sin embargo, descarta esta posibilidad tras analizar el testimonio de tres testigos, que, de una manera u otra, vieron parte de lo ocurrido en la calle Reyes Católicos.

A todo ello se suma, además, el informe médico realizado por el forense, en el que se señala que las lesiones que presentaba el sospechoso estaban localizadas en la parte trasera de su cabeza, coincidiendo con lo expresado en su relato.