Rubén Dante Perlo, el bolero argentino cuyo cadáver fue hallado en las proximidades del retén de la Policía Local de Sant Antoni, pudo ser enterrado el pasado domingo después de que su familia lograra reunir una suma próxima a los 7.000 euros que necesitaba para poder repatriar el cuerpo.

Su madre, Dora, relató en un escrito enviado a este periódico que muchas fueron las penalidades por las que pasaron para poder reunir esta suma después de algo más de dos meses de gestiones para que fuera posible llevar hasta Bueno Aires el cadáver de Rubén Dante, de 28 años.

La familia también lamentó no haber podido viajar a España en el momento que se le comunicó el deceso de su hijo, así como la escasa información que ha recibido desde entonces.

La investigación sobre la muerte de Rubén Dante Perlo concluyó que éste murió el día 31 de mayo, nada más llegar a la isla, de un vuelo procedente de Madrid. En su interior se encontraron un total de 56 bolas que contenían un total de 710 gramos de cocaína. Dos de ellas se rompieron dentro de su aparato digestivo ocasionándole lo que se conoce como muerte blanca.

El cadáver fue encontrado por un payés durante la tarde, pero, según el reconocimiento médico, murió horas antes. Su cuerpo no pudo ser identificado hasta dos días después porque dicha persona llegó a la isla sin ningún tipo de documentación.

Los agentes también barajaron, en un principio, la posibilidad de que Rubén Dante hubiera fallecido en otro sitio y, al no darle tiempo a expulsar la cocaína que llevaba dentro, persona desconocidas se hubiera desecho de él. Sin embargo, la falta de marcas de arrastre en la zona u otros indicios llevó finalmente a pensar que la víctima, sin poder llegar hasta las personas a las que debía se cree debía hacer entrega de la droga, pereció al sentirse repentinamente indispuesto.

Los mismos datos aventuraron a que Rubén Dante sólo era un correo que, posiblemente bajo amenazas de una red, aceptó hacer este trabajo para conseguir a cambio algo de dinero y cocaína.