GUILLERMO ROMANÍ

El submarinista italiano Ernest de Longhi, que resultó herido por un pez espada el pasado martes cuando pescaba en las inmediaciones de es Vedrà, confesaba ayer dos cosas: Primero, que él se equivocó al disparar para capturarlo y segundo «había sido un encuentro muy especial. «Es un pez molto bello, magnífico y que no se acerca a la orilla». Asimismo, de Longhi quiso dejar claro que «el pez espada nunca ataca al hombre, es más, si lo ve, huye».

Según explicó ayer en su casa de la Savina, de Longhi estaba pescando en apnea con un amigo en el canal que discurre entre es Vedrà y es Vedranell cuando divisó a un ejemplar que se estaba alimentando en un banco de peces pequeños. «Lo estuve observando durante unos minutos y él ni me hacía caso, y al cabo de un rato decidí intentar capturarlo ya que el arpón que llevaba tenía bastante carrete, pero el disparo no fue bueno y cuando iba cobrando sedal, lo que me costaba mucho, cuando lo tenía a siete u ocho metros, de pronto me reconoció como un peligro y arponeado como estaba me atacó velozmente arañándome el muslo izquierdo y después traspasándome de lado a lado el muslo derecho».

En ese momento de Longhi soltó los pesos y el carrete y el pez espada huyó. De Longhi se dio cuenta de que la herida era grave y se fue nadando hasta la barca, de la que distaba unos 150 metros, para ir a buscar a su compañero, que estaba a unos 500 metros de donde él se hallaba. «Pero me crucé con un submarinista ibicenco de prestigio que es el que nos informó de cuál era el mejor sitio para llegar a la playa y poder ser evacuado», relató.

Evacuación

En Cala d'Hort tuvieron que esperan cuarenta minutos la llegada de la ambulancia y de Longhi fue atendido por una enfermera que estaba en la playa. «Me dijo que no parecía de extrema gravedad ya que sangraba poco y tenía sensibilidad y movilidad en el pie. Luego me llevaron a Can Misses y ahí decidieron que era necesaria una arteriografía para ver si había afectado a venas o arterias importantes, y por eso me llevaron a Son Dureta en helicóptero». El período de convalecencia será de un mes como mínimo ya que no se pueden aplicar puntos en este tipo de heridas. Han de ir cicatrizando de dentro hacia fuera, explicó de Longhi.

Diez años

El bucsador llegó a Formentera en abril de 1998 y cuenta que una de las primeras personas que conoció fue al biólogo marino, Manu San Félix, con quien estuvo trabajando durante seis años, «aunque ahora muchas veces sigo buceando con ellos», considerado por San Félix como un «muy buen apneista, buen instructor de buceo, con mucha experiencia en la mar y una persona muy responsable», de Longhi es en la actualidad socio de una pizzería para llevar situada en la Avenida Pla del Rei de Sant Francesc.

El submarinista quiso remarcar dos cosas muy importantes: «No hay que crear un falso alarmismo por lo que fue un accidente, un error mío de cálculo. Los peces espada no atacan al hombre. Si lo ven se largan» y, luego, que pescaba en esa zona porque posee una licencia especial para hacerlo, señalando que pasan unos controles rigurosos de salidas y capturas y que, «por desgracia, cuatro o cinco pescadores furtivos nos hacen mucho daño, al ocasionar que nos metan a todos en el mismo saco».