TW
0

Con la llegada de febrero, la procesionaria comienza a hacer su aparición en pinares, parques y jardines públicos, convirtiéndose en una amenaza para la salud de personas y animales. Este insecto está especialmente presente en las Islas Baleares.

La principal característica de estas orugas son los pelos irritantes que, al entrar en contacto con la piel, los ojos o el aparato respiratorio, pueden causar reacciones graves, como lesiones en la piel o daños en los ojos.

En caso de encontrarse una de ellas en la vía pública se insta a avisar al 010 para que técnicos protegidos acudan a su retirada.

Los niños y animales son los más vulnerables a las procesionarias, por lo que en esta época hay que extremar la vigilancia en caso de acceder a parques o zonas donde puede haber pinos. Se recomienda evitar pasar por pinares. Es favorable consultar a un médico en caso de contacto con ellas, sobre todo si se produce una urticaria.

Síntomas de contacto con la procesionaria en animales

En el supuesto de que un animal, especialmente un perro, entre en contacto con estas orugas, pueden presentarse los siguientes síntomas:

  • Irritación en la cara

  • Úlceras en la córnea

  • Irritación en las patas o en las zonas donde haya estado en contacto con los pelos de las orugas

  • Dificultad para respirar

  • Inflamación en la lengua

  • Excesiva salivación

Si se observa alguno de estos síntomas, es fundamental apartar al animal de la zona afectada y acudir al veterinario de inmediato.