Un encargado de este puerto deportivo encontró el cadáver flotando junto a una embarcación. FOTO: GERMÁN G. LAMA-

El cuerpo sin vida de José Ferrer Torres, vecino de Santa Eulària y de 82 años, fue encontrado junto al lugar del amarre de su barco por un encargado del puerto deportivo de esta localidad sobre las siete y media de la mañana. Todo indica que la víctima, un hombre muy conocido en este municipio, murió de forma accidental cuando sufrió un mareo o un resbalón y cayó al mar sin recuperar o tener fuerzas suficientes luego para alcanzar el muelle o subir a bordo. Se da la circunstancia de que el fallecido es el padre la concejala de Gobernación de este Ayuntamiento, María Ferrer.

Las distintas informaciones recogidas por este periódico apuntan a que José Ferrer, un gran aficionado a la pesca, se dirigió a primera hora de la mañana a pasear entre las embarcaciones atracadas y aprovechar la tranquilidad de la mañana para revisar su barco. Fue entonces cuando sufrió el desvanecimiento o el tropiezo que le costó la vida. Su cadáver fue hallado minutos después flotando boca abajo y enganchado a los cabos, al parecer, de su propia embarcación. Cuando llegó una dotación de la Policía Local de Sant Eulària, y tras ser sacado del agua el cuerpo, ya se vio que dicha persona había fallecido, según informaron fuentes del servicio de emergencia del Govern 112. Tras realizarse las primeras averiguaciones judiciales, el forense observó que el cadáver no presentaba signos de violencia criminal y tras nuevas comprobaciones que llevó a cabo la Guardia Civil se pudo resolver que la muerte de Ferrer fue accidental.

Minutos después se procedió al levantamiento del cadáver para su traslado a Pompas Fúnebres, lugar donde se realizará la autopsia para intentar aclarar por completo la causa del óbito. Esta es la segunda persona que muere en menos de una semana en la isla como consecuencia de un accidente en el mar. El caso del vecino de Sant Joan se suma al fallecimiento de un residente francés de 18 años, Roman Llicciari, afincado desde hace años en Sant Joan, después de que se ahogara cundo practicaba apnea frente al faro de sa Cala de Sant Vicent. El siniestro ocurrió cuando la víctima hacía inmersiones a16 metros de profundidad. Su cadáver fue rescatado por submarinistas de la Guardia Civil tras darse aviso al 112 sobre su desaparición.