La titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, Clara Ramírez, ha condenado a Miguel D.G. a la pena de dos años y siete meses de prisión por la presunta comisión de un delito continuado de abusos sexuales cometido sobre su hija de 11 años y a la pena de 10 meses más por otro supuesto de amenazas leves en el ámbito familiar. El condenado ha recurrido esta sentencia ante la Audiencia Provincial, informaron fuentes judiciales.
El juicio por este caso fue dirimido el pasado 28 de enero. La familia del acusado declaró por videoconferencia, ya que en la actualidad residen en Andalucía.
Miguel D. reconoció parte de la acusación que se reflejaba en la denuncia, que fue presentada por su mujer una vez que la hija de ambos, que tenía 11 años cuando ocurrieron los hechos, le relató, muchos meses después, los supuestos abusos sexuales.
Esta familia de origen andaluz, padre, madre y cuatro hijos menores de edad, vivía en Eivissa en 2003. «Como dormíamos juntos, llegué bebido y sí, lo hice [masturbarse frente a la hija]», dijo Miguel D. ante la jueza.
La niña, que en la actualidad tiene 15 años, explicó que su padre, a quien no desea ningún mal pero tampoco quiere volver a ver, intentó abusar de ella «sólo tres veces». La primera vez «hacía gestos por detrás con la mano en la cintura », la segunda vez «me dio con el pene en la boca» y la tercera «me llevó la mano a sus partes». En las tres ocasiones estaban solos. «Su pene me tocaba las nalgas, él estaba bebido o drogado», relató la niña en referencia a la primera de las tres veces. «Lo considero un buen padre si no se drogara; no quiero verlo, ni hablar con él, lo que vosotros digáis», respondió la niña a la pregunta del fiscal de si quería que su padre fuera a la cárcel.
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