El presidente del Sindicato Médico de Baleares (Simebal), Miguel Lázaro. | Irene Arango

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Algunas de las posibles consecuencias, que se pueden derivar de este nuevo Estatuto Marco de Sanidad si se convierte en realidad, ya se están padeciendo en las Islas. Así lo ha destacado este jueves el presidente del Sindicato Médico de Baleares (Simebal), Miguel Lázaro, quien también es el presidente de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM). Lázaro ha lamentado que cerca de 100 médicos que trabajaban en la sanidad pública de Baleares han decidido irse a la sanidad privada porque, según ha destacado, en estas clínicas los profesionales no realizan guardias, la conciliación profesional y familiar es mejor y los sueldos son más altos. «Este fenómeno es cada vez es más habitual, junto a otro hecho también muy grave como es la migración de profesionales a países con mejores condiciones laborales», ha señalado el presidente de Simebal, resaltando que cada año se marchan de España 18.000 médicos formados y que la formación de cada facultativo cuesta al Estado cerca de 300.000 euros.

Estas declaraciones de Lázaro han tenido lugar tras la celebración de la asamblea informativa en Ibiza, convocada por Simebal como parte de su hoja de ruta, sobre el anteproyecto de Ley del Nuevo Estatuto Marco. Un encuentro que ha reunido en Can Misses a decenas de profesionales que han acudido a la cita para informarse sobre las consecuencias laborales que podría traer consigo la aprobación de esta normativa propuesta por el Ministerio de Sanidad. En estas asambleas, celebradas en los hospitales públicos de Baleares, se comparte la inquietud del colectivo ante su futuro y su presente.

«El borrador es un bodrio»

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«El borrador que quiere presentar la ministra de Sanidad, Mónica García, es un bodrio y un despropósito porque no resuelve los agravios a nuestro trabajo, penaliza a los profesionales y no reconoce la singularidad del colectivo médico y tampoco contempla su formación, cualificación, ni su máxima responsabilidad. No somos privilegiados, ni queremos ningún privilegio; somos profesionales que trabajamos 48 horas semanales mientras el Gobierno central plantea reducir la jornada laboral a 35 horas», ha destacado, haciendo hincapié en las guardia obligatorias que tienen que realizar, y que no computan para la jubilación parcial, así como la falta de reclasificación desde el punto de vista profesional por la falta de un Estatuto Marco propio. "Estas guardias obligatorias suponen cuatro años en la vida de un médico", ha agregado.

Es por ello que la profesión médica pide una norma específica que contemple las particulares del ejercicio médico, su formación y responsabilidad propias. Una normativa similar al modelo judicial, puesto que jueces y fiscales disponen de su propio marco estatutario. «El Estatuto Marco debe dar respuesta a las necesidades de la sanidad pública del siglo XXI y el principal problema de la sanidad es la falta médicos debido a la migración de profesionales. La normativa debe recoger la singularidad del colectivo. De esta manera también aumentaría la capacidad de las comunidades autónomas para captar, fidelizar y cuidar la salud laboral de los profesionales», ha señalado Miguel Lázaro, explicando que entre los facultativos se están viviendo consecuencias muy graves como es el síndrome de «burnout», o desgaste profesional, porque estos profesionales tienen una gran sobrecarga laboral.

«Somos los esclavos del siglo XXI"

«Un médico no puede hacer 12 guardias localizadas; horas que no computan para la jubilación. Somos los esclavos del siglo XXI», ha destacado, mientras insistía en reclamar un Estatuto Marco que contemple la singularidad de la profesión, reconociéndola a nivel retributivo y a nivel laboral. «Esta normativa sería un elemento muy importante para dar respuesta a las necesidades que tienen 48 millones de españoles. Menos mal que tenemos sanidad privada porque, con la situación actual de falta de médicos, la sanidad pública colapsaría», ha indicado, remarcando que ambas son complementarias y sinérgicas. En relación a las movilizaciones del colectivo médico contra este borrador, ha explicado que continuarán luchando contra este antreproyecto de Ley: «Si las protestas no logran paralizar esta normativa, espero que la paren en el Congreso porque esta propuesta no da respuesta a los problemas que tiene la sanidad pública». Entre las medidas que contempla este documento, y que ha denunciado Lázaro, se encuentran la falta de vinculación retributiva en relación al sueldo base, el acceso al Grupo A1 de otros profesionales con distinta formación y la falta de reconocimiento retributivo respecto al liderazgo asistencial y en la gestión que ejercen estos profesionales. Cabe recordar que este semana se han reunido la ministra de Sanidad y los sindicatos para seguir negociando este Estatuto Marco, pero, debido a la complejidad del acuerdo, se prevé que dichas negociaciones se alarguen hasta el día 3 de abril.