Un vecino de Sant Joan que fue juzgado ayer en Eivissa se enfrenta a una condena de tres meses de prisión y a pagar una multa de 10.800 euros después de que el 17 de marzo del año pasado cometiera una supuesta negligencia cuando llevó a cabo en un terreno de su propiedad una quema de poda que se descontroló y que ocasionó un incendio forestal. Según el informe del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil dicha quema se realizó cuando hacía viento y las llamas pudieron ser atajadas gracias a la intervención de los bomberos y a que una carretera actuó como cortafuegos. El fuego duró dos horas y calcinó 800 metros cuadrados de sotobosque. El propio acusado pidió ayuda al ver lo que ocurría.