El denunciante y el acusado trabajaban de vigilantes en el aeropuerto cuando ocurrió el suceso.

La pelea entre los dos vigilantes del aeropuerto, uno de ellos entonces sólo con categoría de auxiliar, tuvo lugar después de que ambos, uniformados, salieran de su trabajo y se «citaran» supuestamente en un descampado de Platja den Bossa en marzo del año pasado para discutir sus diferencias. La enemistad entre ambos hombres tuvo lugar después de que llegara a oídas del acusado que su compañero iba tildándole entre los otros vigilantes de «niñato», así como de «tomar y vender anabolizantes». Según el denunciante, el sospechoso se le echó encima sin darle tiempo a reaccionar propinándole una paliza que se saldó, según él, con una herida en la cabeza y otra en el brazo, lesiones que le causaron cicatrices e incluso una intervención quirúrgica.

La acusación particular pidió dos años de prisión para el joven que ayer tuvo que sentarse en el banquillo en estos hechos en un juicio celebrado en el juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa. El fiscal, por su parte, requirió una pena de 21 meses de prisión y el pago de una indemnización de 2.400 euros.

El vigilante procesado alegó que, por contra, siempre actuó en «defensa propia» y que desde el principio él mismo dijo que «no quería problemas» porque todo el mundo sabía que su principal deseo era opositar para ser policía de profesión.

«En el aeropuerto me fue a dar un cabezazo. Luego, paró en un sitio oscuro y mal iluminado al que yo le seguí. Llegó a emplear una porra. Al sujetarle el brazo e impedir que la usara contra mí fue cuando se cayó y se hirió», explicó el denunciado. El otro vigilante indicó que su actitud siempre había sido conciliadora y que la disputa se originó a causa de un malentendido. «Vino, sin más, amenazándome y le dije que no quería problemas en el trabajo. Pese a que en el descampado se me tiró encima, le dije desde el principio que no quería pelear y que me rendía. Noté un fuerte quemazón en el brazo y en la cabeza. No sé lo que utilizó para herirme», comentó el denunciante, persona que dijo sufrir capítulos de ansiedad y malestar por tener que convivir laboralmente con dicha persona tras el incidente.