EFE TOKIO
Un fuerte terremoto de 6,9 grados en la escala abierta de Richter sacudió ayer una amplia zona costera de la provincia de Ishikawa, donde causó un muerto, al menos 170 heridos y el desplome de 44 edificios, según fuentes oficiales.

A las 09.42 hora local (00.42 GMT) temblaron durante medio minuto los edificios de la región de Hokoriku, en la isla nipona de Honshu, debido al seísmo ocurrido a once kilómetros de profundidad en el Mar de Japón, que provocó la emisión de un aviso de «tsunami» finalmente sin consecuencias e interrumpió el tráfico ferroviario y aéreo. El epicentro de este potente terremoto se situó a 300 kilómetros de Tokio, concretamente a 40 kilómetros al oeste de Wajima, la ciudad más afectada por la destrucción. En esa localidad al menos una mujer murió tras ser sepultada por un farol de piedra de su jardín y 44 edificios se desplomaron.

En tres provincias japonesas, Ishikawa, Toyama y Niigata, hubo además al menos 170 heridos, la mayoría leves, pero la exigente normativa para la construcción obligatoria en Japón, debido al elevado riesgo sísmico, evitó que los daños fuesen mucho mayores ya que Japón se encuentra instalado en una de las zonas sísmicas más activas del mundo.