El caso quedó visto para sentencia la semana pasada en el juzgado de lo Penal número 2.

Un conductor ibicenco que iba, supuestamente, conduciendo bebido en dirección contraria por es Canar y que dio una tasa de alcohol de 1,02 miligramos por litro de aire expirado no aceptó la semana pasada pagar una multa de 2.700 euros y estar dos años privado del carnet de conducir porque, según su defensa, no se le ofreció someterse a un análisis de sangre y tampoco existía una prueba fiable que demostrara que el etilómetro con el que se le practicó el test de expiración estuviera en condiciones.

Los agentes de la Policía Local de Santa Eulària que arrestaron al sospechoso negaron estas posibilidades y manifestaron que el estado del conductor era tal que, incluso, se orinó en los pantalones cuando él mismo se paró en la carretera y se bajó para miccionar en el arcén.

Los policías, además, explicaron que dicha persona firmó todos los papeles que se le dieron y que si no apareció su rúbrica en el ofrecimiento a someterse a una analítica se debió a un «error informático».

Los hechos enjuiciados ocurrieron sobre las diez y media de la noche del pasado 31 de enero. Según una dotación de la Policía Local de Santa Eulària, se dirigieron al coche del acusado, un Renault 5 recién parado en el arcén, después de encontrárselo circulando de frente en su mismo carril. «Eso no es cierto, lo único que hice fue salirme para orinar, pero yo me encontraba bien porque sólo había bebido dos copas de vino», declaró el sospechoso, que tuvo que sentarse en el banquillo del juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa para responder de la comisión de un presunto delito contra la seguridad del tráfico, ya que, supuestamente, conducía ebrio.