El «Quiet Waters» fue capturado el pasado mes de octubre a siete millas al sur de Formentera.

El «Quiet Waters», el pesquero británico capturado por Aduanas en octubre de 2005 al sur de Formentera con 3.569 kilos de hachís ,y su tripulación, cuatro galeses y un marroquí, son ya historia. Doaud E.M., el hombre que supuestamente iba de garante en el barco para confirmar que se hacía la entrega del alijo en algún punto del delta del Ebro, regresará a su país expulsado después de estar casi nueve meses preso. El capitán del «Quiet Waters» y dos de sus marineros, a su vez, completarán una condena de tres años de prisión, ya sea en cárceles españolas o en las de su país si se llega al extremo de que tengan que estar todo este tiempo privados de libertad.

El último de los tripulantes, hermano del capitán, tuvo mejor suerte desde el principio. Quedó libre en un primer momento tras pasar a disposición judicial después de que sus compatriotas aseguraran unánimemente que éste no sabía nada del objeto del viaje, travesía a la que se unió tras ser invitado por su hermano para que hiciera un viaje de placer pescando que le ayudara a superar su reciente divorcio. Según todos sus compañeros, se encerró en un camarote al ver que se cargaba hachís en el barco.

Así resolvió ayer en Eivissa la Audiencia Provincial después de que las defensas de los acusados y el fiscal, que pedía para los acusados cinco años y medio de prisión, llegaran a un acuerdo. El tribunal, en esta sentencia de conformidad, tendrá en cuenta que Andrew William J.C., Jaime A.C. y Wayne R.B. colaboraron y confesaron una vez en el juzgado y que su actuación estuvo influida por su dependencia al consumo de drogas. Asimismo, les obliga a pagar una fuerte multa, equivalente al valor del alijo decomisado (4.480.149 euros) si no quieren que se sume un año más a su condena de tres años de cárcel. Daoud. E.M., por su parte, el hombre que en su dijo haber subido a bordo como polizón para intentar entrar ilegalmente en España, fue condenado a dos años y cuatro meses de prisión y a pagar una multa de 4.300.000 euros, pero el tribunal le advirtió que, por su condición de extranjero no vinculado a las leyes del denominado territorio Schengen, dicha pena se sustituirá por su expulsión.

Los cuatro acusado reconocieron haber zarpado el 30 de septiembre de 2005 de un puerto del levante español para alijar 120 fardos de hachís con la intención de transportarlos y desembarcarlos en el delta del Ebro. Su aventura terminó a siete millas al sur de Formentera cuando de noche y por sorpresa fueron abordados por una patrullera del Servicio de Vigilancia Aduanera.