Los tres sospechosos, cuyas penas en total suman los 14 años de prisión, fueron apresados por el Cuerpo Nacional de Policía en el transcurso de una operación que se centró en aclarar si podía existir una relación entre los clanes de sa Penya que tradicionalmente controlan la droga y un domicilio de Cas Serres, lugar éste último que, según las informaciones de los agentes, podría estar siendo utilizado no sólo como almacén sino también como punto de venta a determinados consumidores.

La Audiencia Provincial ha considerado probado que todos ellos, el matrimonio y una mujer que como la pareja fue juzgada por el tribunal el pasado mes de febrero en su anterior visita a la isla y que también guardaba lazos familiares con los otros dos acusados, son autores de un delito de tráfico de drogas.

Los tres fueron arrestados el 7 de marzo de 2003 cuando la policía concretó todas sus sospechas y se cerró el cerco dentro del mismo barrio de Cas Serres.

La pareja que fue arrestada se hallaba presumiblemente muy cerca del domicilio sospechoso cuando tuvo lugar la detención. El matrimonio, sin embargo, afirmó durante el juicio que ellos había ido o se dirigían a otro lugar distinto y que ellos ya se disponían a caminar hacia la parada de autobús cuando los agentes se les echaron encima.

La actuación policial permitió el decomiso de una cantidad próxima a los cien gramos de cocaína. Todos los acusados se sentaron en el banquillo enfrentándose a una condena de seis años de cárcel que reclamaba para ellos el representante del ministerio público.

Este mismo tribunal tiene aún pendiente decidir sobre la culpabilidad o inocencia de otra mujer de sa Penya que fue detenida por la policía con una pequeña cantidad de heroína y cocaína cuando un toxicómano visitaba supuestamente su domicilio. A ello se suma que la Audiencia Provincial, como ya adelantó en su día este periódico, tiene previsto juzgar en una próxima visita a Providencia C.M. y a su actual pareja, Jesús M.M., quienes se consideran la cabeza del denominado clan de la Rula». Ambos, sorprendidos con 20.000 dosis de heroína y cocaína se enfrentarán a una condena de 9 años de cárcel.