El «Vistamar» tenía previsto al cierre de esta edición abandonar el
puerto de Eivissa. El capitán marítimo, Jesús Valera, concluyó ayer
el papeleo necesario para autorizar la salida del crucero
accidentado el pasado jueves en es Freus y su posterior remolque a
los astilleros de la empresa Izar (antigua Bazán) a Cartagena,
ciudad donde se procederá a la reparación del buque. A última hora
de la tarde se esperaba la llegada inminente del remolcador que
debía trasladar al «Vistamar» y, si no había complicaciones, que
éste 'zarpara' durante la medianoche.
«Una vez realizado el informe favorable, lo único que queda es
resolver la cuestión técnica de ver cómo se puede hacer la
operación y de que se cumplan todas las condiciones una vez que
está del todo reflotado», explicaba ayer Valera. La Autoritat
Portuaria, por su parte, inició ayer mismo las tareas de limpieza
de los hidrocarburos vertidos a la zona de contención. Los bomberos
completaron también el vaciado de los compartimientos donde aún
quedaba agua a la vez que los buzos terminaron de cementar en su
totalidad la principal grieta descubierta en el barco en le costado
de babor (el «Vistamar» presentaba una segunda grieta menor y un
pequeño agujero próximo a las zonas afectadas). Atrás han quedado
más 7.000 toneladas de líquido desalojado del interior del barco y
casi 70 horas de trabajo ininterrumpido después de que pudiera
abarloársele al dique de Botafoc. «Ha sido una misión difícil
porque la evacuación ha habido que hacerla con precaución. No se
podía hacer deprisa sin tener en cuenta otros factores porque
podría producirse un efecto similar al de un corrimiento de carga»,
explicaron fuentes que intervinieron en el dispositivo. El
remolcador que realizaba las tareas de empuje en el costado de
babor, para evitar que el barco se escorara,pudo ser retirado
después de conseguirse el total equilibrio de la nave. En la zona
sólo permaneció, como previsión de un imprevisto, el remolcador de
Salvamento Marítimo.
Ingenieros navales de la empresa armadora y de otros organismos,
como de la propia Izar, examinaron durante el día el estado del
barco a fin de concluir su estado y de determinar las medidas de
seguridad necesarias para su desatraque. Durante la misma noche se
esperaba la llegada del remolcador de la empresa Boluda al que se
le ha asignado la misión de llevarse un barco «vacío de máquinas» y
con una tripulación de seguridad mínima. La empresa Dinuncia,
contratada por la Autoritat Portuaria, inició las labores de
absorción de los hidrocarburos vertidos dentro de una zona de
contención de 50 metros cuadrados con unas mayas especiales, según
informaron fuentes de este organismo que no pudieron precisar
cuántos días podrían prolongarse los trabajos para limpiar la zona
acotada.
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