El Departamento de Defensa de EEUU accedió ayer a colaborar en la búsqueda del asesino en serie que ha matado a nueve personas y herido de gravedad a dos en la zona de la ciudad de Washington. El jefe del Pentágono, Ronald Rumsfeld, y el del Estado Mayor Conjunto, general Richard Myers, firmaron la autorización para emplear aviones militares en la búsqueda del asesino, indicaron fuentes oficiales. La decisión de Rumsfeld, a petición del FBI (Oficina Federal de Investigación), se tomó tras una reunión entre representantes del Pentágono y de las autoridades civiles, y se hizo de una forma que asegura el cumplimiento de una ley del siglo XIX que prohíbe a las fuerzas armadas participar en asuntos de orden público.

Un posible campo de acción de esta cooperación militar sería el seguimiento desde el aire de vehículos potencialmente sospechosos, como la camioneta que posiblemente ha utilizado el francotirador en sus últimos asesinatos. Mientras tanto, las autoridades indicaron que trabajan con varios testigos del último asesinato, ocurrido en la noche del lunes en Falls Church (Virginia, junto a Washington), y elaboran un retrato robot del sospechoso. «Hemos podido recoger información adicional del caso de la pasada noche y confío en que, al final, va a conducir a un arresto en este caso», declaró el jefe de policía del condado de Fairfax (Virginia), Thomas Manger.

Actualmente, casi 2.000 policías y agentes federales trabajan en la búsqueda del asesino. «Hemos movilizado todos los recursos de los que que disponemos para atrapar a este tipo», afirmó el agente especial Joseph Green. También se ha movilizado el Servicio Secreto, encargado de la protección del presidente George W. Bush.