Desde el hospital de Can Misses llega un dato que, como poco,
estremece. Al menos una de estas personas ingresadas por abusar de
alguna sustancia estupefaciente llega en estado de coma a las
instalaciones hospitalarias, aunque, tras permanecer algunas horas
sin ningún tipo de consciencia en una cama del servicio de
urgencias, despiertan en un estado más o menos recuperado y
abandonan el hospital sin que se haya llegado a abrir siquiera una
ficha de su nacionalidad, sexo o edad.
Esta misma situación, reflejada en el hecho mencionado de que
tras despertar abandonan el hospital, dificulta sobremanera el
poder llevar una estadística más o menos elaborada acerca de la
incidencia de este tipo de situaciones en nuestra isla.
Conocido el consumo de sustancias estupefacientes que tiene
lugar en Eivissa podría extraerse una conclusión provisional,
afirmando que la mayoría de estos casos de coma momentáneo tienen
que ver con el consumo del llamado éxtasis líquido, un compuesto
transparente como el agua aunque poseedor de unos efectos
depresores y sedantes en el sujeto que lo consume. Además, pese a
su nombre más popular, esta droga no tiene realmente nada que ver
con el éxtasis, un derivado anfetamínico y estimulante. De hecho,
el éxtasis líquido se denomina, más correctamente, GHB
(Gammahidroxibutirato) y su consumo debe realizarse gota a gota,
puesto que una ingestión superior puede provocar el coma, que los
expertos consideran reversible en poco tiempo.
Ahora bien, los síntomas que puede llegar a provocar el GHB no
se limitan tan sólo a este coma médico reversible. Los estudios
efectuados sobre esta sustancia concluyen que una vez que recorre
el organismo del consumidor provoca un retraso en las reacciones y
en la formulación de ideas. Y no termina en esos puntos la
toxicidad del GHB. Además de los riesgos ciertos de caer en una
somnolencia extrema, el Gammahidroxibutirato puede causar cefálea,
depresión neurológica, confusión, incontinencia, debilidad muscular
y temblores, entre otros síntomas. Una factura tal vez demasiado
alta para quienes buscan en el GHB un aumento de la euforia,
sociabilidad y deseo de comunicación.
Pero en Eivissa saltó la alarma para los centros y agencias
antidroga, al comprobarse que en la isla se había encontrado una
variación sobre el GHB original al ser mezclado con ketamina,
también de efectos anestésicos, aunque mucho más potentes, creando
un cóctel explosivo y de alta toxicidad. Un peligro que aumenta de
manera considerable para la salud de los consumidores ante la falta
de información acerca de esta droga, que puede llevar a mezclar un
frasco entero en una bebida o a tomárselo directamente desde el
mismo.
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