La policía intervino 225 papelinas de heroína y cocaína.

Sebastián N.M., hermano del minusválido asesinado a finales de abril tras ser arrojado con su silla de ruedas por un acantilado de s'Illa Plana, se sentará en el banquillo ante la Audiencia Provincial en Eivissa junto con Faustino C. P y Angel N.M. Todos ellos se enfrentan a penas que suman 30 años de prisión por delitos de tráfico de drogas y receptación, cargos por los que lo juzgará el tribunal el próximo 4 de junio con motivo de su nueva visita a la isla.

Sebastián N.M., quien al parecer también sufre la misma minusvalía que su hermano, y los otros dos acusados fueron detenidos por la policía en febrero del año pasado en el transcurso de una operación antidrogas que realizó el Cuerpo Nacional de Policía contra los clanes de sa Penya y que concluyó con el decomiso de 225 papelinas de heroína y cocaína y numerosas joyas y efectos supuestamente procedentes del robo.

La redada, en la que llegaron a participar 35 agentes , concluyó con un total de siete detenidos -todos con relación de parentesco entre sí- y sirvió para «cerrar» tres puntos de venta en sa Penya y un cuarto en la Vía Púnica. Sebastián N.M. es el principal encausado en tanto en cuanto para él se demandan las penas principales. El ministerio público solicita para su causa una condena de nueve años de cárcel por tráfico de drogas y otro año y ocho meses por un presunto delito de receptación. Para los otros dos procesados, Faustino C.P. y Angel N.M., se piden idénticas penas: ocho años por el primero de los supuestos delitos que se le imputan y otro año y ocho meses por su presunta comisión en el segundo.

La policía se incautó además de algo más de 800.000 pesetas que los supuestos «narcos» habían recaudado. La mayor parte de la droga estaba en tres casas de la calle Retiro de sa Penya. Sin embargo, 94 papelinas fueron interceptadas después de que uno de los acusados arrojara por una ventana una zapatilla de niño envuelta con un calcetín, lugar donde estaban escondidos los estupefacientes. Las casas estaban comunicadas para facilitar la huida en caso de una redada.