Luis Checa, el copiloto del avión CN-235 de la compañía Binter, que
se estrelló el 28 de agosto cuando cubría la línea Melilla-Málaga,
un accidente con cuatro muertos y 26 heridos, aseguró ayer ante el
juez instructor que no entiende por qué se pararon los dos motores.
Este copiloto mantiene que aunque tiene «importantes lapsus de
memoria» sí recuerda que cuando se acercaban a Málaga se encendió
el piloto de fuego del motor izquierdo, por lo que debieron (él o
el comandante) pulsar el botón que activaba el extintor de este
motor.
Checa no recuerda si el fuego del motor izquierdo se extinguió
al activar los mecanismos, pero mantiene que el motor
necesariamente se tuvo que parar y ellos no apagaron el de la
derecha porque en todo momento actuaron conforme a los protocolos
que marcan las leyes de navegación. El informe preliminar de la
Comisión de Investigación del siniestro, se apunta que el accidente
mortal del avión pudo producirse por un fallo humano y no por una
avería de los motores, como se barajó en un principio. Este extremo
ha sido descartado por el copiloto.
El avión CN-235 de la compañía Binter Mediterráneo -ahora
propiedad de Air Nostrum- que cubría la línea Melilla-Málaga cayó
el pasado 28 de agosto sobre la antigua carretera nacional 340 y
una zona contigua dos minutos después de que el piloto alertara a
la torre de control del aeropuerto malagueño de un fallo en el
motor y pidiese un aterrizaje de emergencia. Tras ocurrir todo,
media docena de pasajeros presentaron una querella contra Binter,
Iberia, la fabricante de la nave -Construcciones Aeronáuticas
(CASA)- y AENA.
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