En la imagen, la bolsa que contiene los 1.330 éxtasis, la pala, y varios aparatos robados. Foto: K.T.

M. TORRES La Policía Judicial de la Guardia Civil, el Grupo Antidrogas (GIFA) y el puesto de la benemérita en Sant Antoni desarticularon el pasado día 17 una banda formada por ciudadanos húngaros que se dedicaba a diversas actividades delictivas en la zona de Sant Antoni y alrededores. Los detenidos en la operación son dos hombres: Karoli B. «Carlos» y Jozsej K. «Gabriel», y una mujer: Bernadette K. La Guardia Civil abrió una investigación alrededor de una serie de robos con fuerza en habitaciones de hotel y apartamentos, además de dos butrones en sendas gasolineras. Hasta el momento, las pesquisas realizadas han conseguido relacionar a los detenidos con cuatro robos en apartamentos, y la investigación sigue abierta por si se pudiera demostrar su implicación en otros hechos.

Las características de estos delitos hicieron pensar a los investigadores, que detrás de ellos había grupos de tres o cuatro personas, con una estructura jerarquizada y con una disciplina de trabajo bastante difícil de localizar. Y que además, cubren un amplio abanico delincuencial en el que se incluye el tráfico de drogas de diseño. A los detenidos se les incautaron 1.330 pastillas de éxtasis, 1'5 gramos de cocaína, diversos objetos robados, fármacos como el clembuterol y la testosterona, algo más de un millón de pesetas en efectivo y una pala. Las sospechas de los investigadores indican que los detenidos usaban la pala para enterrar sus botines, y que puede haber alguno por desenterrar.

Los efectivos del instituto armado se fijaron en un grupo de ciudadanos húngaros, porque no se ajustaban al perfil del turista habitual. Éstos cambiaban de vehículo de alquiler, constantemente, llevaban un alto tren de vida sin ejercer actividad laboral pese a estar en Eivissa desde mayo y tomando medidas de seguridad para desplazarse. Por lo general, en estos casos suele ser muy importante la colaboración ciudadana para detectar personas con un alto tren de vida sin actividad laboral, que suele poner pegas a la hora de aportar documentación en contratos de alquiler de pisos y coches.