«Quince minutos antes de que saliera el barco, el capitán y un marinero estaban en la barra de la estación marítima de Formentera, cantando a voces y bebiendo chupitos, y después han subido al barco abrazados y tambaleándose». Esto es lo que presenció una de las pasajeras del «Rápido de Formentera» de la compañía Baleària. Una hora y media más tarde llegaban aterrorizados al puerto de Eivissa.

Los viajeros interpusieron ayer por la noche una denuncia en la Guardia Civil, en la que especificaban que fueron «muy maltratados y nadie aportó ninguna información». El pasaje del navío explicó que, tan sólo cinco minutos después de haber zarpado del puerto de la Savina, «el barco empezó a frenar bruscamente y a hacer giros, cuando comenzó a caer un líquido caliente parecido al agua y con olor a gasoil». Una pasajera relató como les hicieron trasladarse a la proa del barco «mientras la cabina se estaba inundando y pararon la refrigeración, con lo cual la temperatura comenzó a subir y empezó a cundir el pánico». La tripulación de esta nave constaba del capitán y otros cuatro marineros, «pero tan sólo uno se encontraba en condiciones, ya que el resto iban totalmente borrachos e incluso sin camisa».

A pesar de que el pasaje increpaba continuamente a la tripulación a que les informara de qué estaba pasando «sólo dijeron que habían salvavidas para todos». El nerviosismo llevó a los viajeros a llamar desde un teléfono móvil a la policía local de Santa Eulària y de Eivissa. Incluso, cuando amarraron en el puerto ibicenco una mujer tuvo que ser atendida por una uvimóvil a causa de un ataque de pánico.