Comisaría puso ayer a disposición judicial a los sospechosos relacionados con los robos.

JOSE JAVIER MONERRI Al menos nueve personas componían la banda de «butroneros» a la que se le atribuye la oleada de robos en naves industriales que estaba sufriendo Eivissa. Cinco de ellos, los arrestados por la policía, ingresaron ayer en prisión después de que pasaran a disposición judicial y el juez decidiera prolongar su detención en la cárcel. Sin embargo, aún quedan por arrestar a otros cuatro sospechosos, entre ellos presumiblemente los «cerebros» del grupo, según confirmaron a este periódico fuentes de toda solvencia.

Este nuevo dato se une a la incógnita de dar con diez millones de pesetas que se supone restan por recuperar y que forman parte del botín, así como con más herramientas de las que disponía el grupo. Ello se cree en un piso franco, tal y como ya publicó el pasado sábado Ultima Hora Ibiza y Formentera .

De estos hechos se desprende que las fuerzas policiales de la isla todavía trabajan para impedir que el dinero que falta, de un conjunto total que se estima en doce millones, pueda salir de la isla. Esta circunstancia plantea también la posibilidad de que las cuatro personas citada sean las que intenten hacerlo.

Los agentes de Comisaría se valieron de una información obtenida en Toledo, donde según todos los indicios actuó la misma banda, para poner fin a los robos tras efectuar la operación que se realizó en Can Tunio, ubicada en una zona boscosa a sólo 500 metros de la iglesia de Santa Gertrudis. Esta se llevó a cabo horas después de que se hubieran producido los dos últimos asaltos, en Can Misses y Ca na Negreta, robos que movilizaron a todo el operativo de vigilancia que había establecido la Guardia Civil.

Precisamente la Benemérita ha sido la encargada de investigar siete de los ocho robos supuestamente cometidos por la banda de albanokosovares. Por este motivo las principales pruebas que se aporten ante el juez son fruto de las inspecciones oculares llevadas a cabo por la unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil. Entre ellas se encuentran muestras de manchas de sangre, herramientas y huellas de pisadas.

A estas hay que sumar el 1.800.000 recogido por la policía en la casa de Santa Gertrudis y algunos útiles que pudieron emplearse en el robo, así como joyas de diseño ibicenco y otros efectos.