Alfredo Cordero ha sido condenado a un año de prisión como autor responsable de un delito de homicidio imprudente. El hombre es el dueño del perro 'Copi', que el 29 de enero de 1999 atacó al niño de cuatro años Francisco Miguel Hiralgo Vega. Los hechos ocurrieron en Can Picafort (Palma) y el niño murió por las mordeduras en el cuello que le propinó el can. La sentencia la ha dictado el magistrado del Juzgado de lo penal número cuatro de Palma.

En la misma se recoge la tesis de la defensa, representada por el abogado Juan Luis Matas, en el sentido de que fue el hijo de Alfredo Cordero el que sacó a pasear a 'Copi' la tarde de autos, y que fue a él a quien se le escapó. Pero el juez entiende que Alfredo Cordero es el garante de su hijo, y por lo tanto emite el fallo condenatorio. En el apartado de los hechos probados, el magistrado hace referencia al debate procesal sobre si Alfredo Cordero y no su hijo pudo tener una responsabilidad más directa en lo ocurrido, concluyendo que fue el menor.

Pero el magistrado entiende que del delito es responsable el procesado en concepto de autor el acusado. «Frente a esta conclusión -señala la sentencia- no se desconoce que pueda objetarse que a la tenencia del perro (fuente de riesgo) se superpone un hecho ignorado y no querido o no buscado por el acusado, cual es el comportamiento del hijo, que, en su ausencia, saca el perro del domicilio de modo que, en el plano naturalístico, es el hijo quien concreta el riesgo no querido.