A las afueras de la zona de llegadas de la Terminal del Aeropuerto de Ibiza se forman pequeños cúmulos de gente. Esperan ansiosos la llegada a la isla de sus seres queridos, ya sean pareja, amigos, hermanos… Estos días de Navidad suelen ser de reencuentros y más en una isla como es Ibiza en la que mucha gente parte durante los meses fuera de la temporada a estudiar o trabajar fuera.
Los hay quienes llevan meses sin ver a la persona a la que esperan. Otros, por cambio, han tenido la fortuna de poder verles más recientemente. Sea como fuere, la ilusión es la misma. Los más atrevidos, incluso, preparan algunos pequeños carteles de bienvenida. En todo caso, el recibimiento siempre comienza por un caluroso abrazo.
Detrás de todos esos reencuentros siempre hay vidas e historias que contar que serían muy difíciles de condensar en unas cuantas líneas. Sin embargo, sí que es posible dibujar un pequeño esbozo de todos esos reencuentros propios de estos días de Navidad.
Entre otros, María se reencuentra con su novio, Giorgio. Ella es de Barcelona, donde nació y sigue residiendo. Él, italiano de origen, se mudó a Ibiza en 2017 después de vivir en la ciudad condal, donde se conocieron. Pese a llevar solo un mes sin verse, la ilusión que ambos viven se siente latente. Les queda una semana por delante juntos durante estas fiestas.
Nayara y Sara son dos jóvenes chicas, de 21 años, que esperan la llegada de su amiga, Ainhoa, que vuelve de un viaje familiar junto a su familia en Budapest. Ambas estudian fuera, por lo que llevan tiempo sin verse. Cuando Ainhoa llega, junto a su madre y su hermano, las tres se funden en un gran abrazo.
Amalia del Riego, originaria de Estados Unidos, pero residente en España desde hace años, espera a su hermano. Ella ha vuelto de Denia hace unos días mientras que él está a punto de llegar de Oviedo. Llevan un par de meses sin verse y, según asegura, «poder pasar este tiempo en familia es muy importante para ellos».
Laura y Siana son dos mejores amigas que sí han pasado mucho tiempo sin verse. Entre cuestiones médicas, estudios universitarios y otros asuntos llevaban más de nueve meses sin verse. Por ello, su ilusión ante el reencuentro es lógica.
Miguel y Blanca, por su parte, esperan a sus dos hijos. Uno de ellos estudia en Barcelona y el otro en Granada. Sin embargo, vuelven juntos puesto que el segundo de ellos hace escala en Barcelona. A su llegada, los integrantes de la familia se funden en un abrazo colectivo.
Ambos hijos no disimulan la ilusión que les hace volver a estar en casa «poco a poco tratas de convertir el lugar en el que vives en tu hogar, pero es verdad que la sensación que tienes al estar en casa es diferente. Sientes ese calor tan hogareño».
Estas son solo una pequeña muestra de todas esas historias de reencuentros que se viven por unas fechas cargadas de sentimiento familiar.
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