Apartamentos Don Pepe. | Alejandro Mellon

Una enmienda pactada entre Vox y el PP en la Ley de Simplificación Administrativa podría ser la clave para que los vecinos desalojados de los apartamentos Don Pepe puedan volver a sus hogares y rehabilitarlos. Así se lo hizo saber ayer el alcalde de Sant Josep, Vicent Roig, a las vecinas de estos edificios que se acercaron al pleno para preguntar en qué situación se encontraba este asunto. «Tenemos la esperanza de que con esa enmienda podamos dar una licencia de reforma del edificio tanto si está o no dentro de ordenación», apuntó Roig. «Lo primordial para las tres administraciones es que ustedes puedan volver a casa», insistió el alcalde.

En este sentido, Roig explicó que se está trabajando en paralelo para revertir la situación de ruina tanto económica, técnica y urbanística del edificio desalojado y que, más adelante, se abordará la posible legalización de lo construido fuera de ordenación. «En Urbanismo reconocen que la quinta planta está fuera de ordenación, pero no el resto del edificio. La licencia recoge la construcción de 36 viviendas, no de 48», apuntó el alcalde de Sant Josep, quien avanzó que la comisión de seguimiento podría reunirse «después de fiestas. No queremos dar pasos en falso, hay que llegar al acuerdo final para llegar a buen puerto y no seguir divagando, porque estamos divagando demasiado».

Una de las vecinas preguntó en el pleno si no sería mejor legalizar los apartamentos antes que reformarlos. «Si rehabilitamos pero no nos quitan el fuera de ordenación, no nos van a dar préstamos ni podremos venderlos», señaló.

Noticias relacionadas

Vicent Roig insistió en que el primer paso es «tener claro que podemos dar la licencia de reforma y luego ya negociaremos cuándo retirar la ruina. Y mientras, seguir el proceso de legalización, que requiere que las cuatro administraciones nos sentemos y modificar alguna normativa. Lo más importante es que ustedes puedan volver a su casa con todas las garantías del mundo».

En cuanto al estado del edificio declarado en ruina, Vicent Roig explicó que en la primera escalera, que fue la que se desalojó hace más de cuatro años, «casi todo el daño fue causado casi más por la propia administración que por el edificio».

Otra de las vecinas relató que a la hora de firmar el protocolo con el Govern, «Armengol me miró a los ojos, me cogió de las manos y me dijo que no me preocupara. Aquello fue un paripé para que no estorbáramos porque venían las elecciones».