Surcos en la grava frente al Camp d’Aprenentatge provocados por los vehículos de las carreras ilegales.

La alcaldesa de Sant Joan, Tania Marí, ha vuelto a instar a las autoridades competentes a intervenir para poner fin a las carreras ilegales, detectadas de nuevo en el municipio de Labritja.

En un escrito remitido el pasado 3 de octubre a la directora insular de la Administración del Estado, Raquel Guasch, Marí recuerda que en el municipio continúan sufriendo «la práctica ilícita, a la vez que peligrosa, de carreras por parte de un grupo de motoristas y vehículos que prácticamente todos los fines de semana utilizan la carretera de sa Cala para realizar estas peligrosas carreras ilegales».

Según expone, los vecinos de la zona han vuelto a transmitir al Ayuntamiento sus quejas y su «enorme preocupación» por el peligro que representa esta práctica puesto que los motoristas invaden cualquier sentido de la vía, sobre todo si las carreras se celebran de noche.

La alcaldesa solicita a Guasch que, para prevenir males mayores, ordene la presencia de patrullas del destacamento de Tráfico durante las noches de los fines de semana.

Hace escasos días, los vecinos de Sant Vicent de sa Cala volvieron a denunciar que la carretera de acceso a su pueblo se había convertido, de nuevo, en un circuito para moteros y pilotos. Sobre todo durante los fines de semana, el ruido de motores de gran cilindrada había vuelto a retumbar en todo el valle, convirtiéndose en un auténtico peligro para los que transitan por este lugar. Si las motos son las protagonistas mientras luce el sol, los coches toman el control bien entrada la noche. De hecho, los vecinos aseguraron que se estaban celebrando carreras de madrugada.

Problema

Lo cierto es que no es la primera vez que las carreras ilegales se han convertido en Sant Joan en un auténtico quebradero de cabeza. Hace justo un año, el Ayuntamiento condenó a través de un comunicado la celebración de estas pruebas, recordando la peligrosidad que representaban para la comunidad y el entorno. También entonces la alcaldesa Tania Marí instó de inmediato a las autoridades competentes -Guardia Civil y Dirección Insular de la Administración General del Estado- a intervenir para poner fin a esta situación.

Los vecinos expresaron su temor por la seguridad pública y el daño potencial al entorno natural, además de por las molestias que los pilotos estaban causando a los residentes.

Según describieron en octubre de 2023, los infractores circulaban a una velocidad extrema, realizando adelantamientos peligrosos en curvas y lugares con nula o escasa visibilidad y poniendo en peligro al resto de usuarios de las carreteras, obligados en numerosas ocasiones a realizar frenazos bruscos o maniobras para esquivar a estos motoristas, pudiendo provocar con su conducta graves accidentes.