Imágenes de la manifestación, antes de comenzar la marcha, en el Parque de la Paz. | Toni Planells

Alrededor de 1.200 personas han secundado este viernes por la tarde la protesta de la plataforma 'Canviem el rumb' para poner límites al modelo turístico actual. El colectivo llevaba días pidiendo el apoyo de la sociedad ibicenca, en un acto que se inició en el Parque de la Paz para recorrer después distintas zonas de Vila.

«No es tanto el número de asistentes, sino que estamos ya removiendo conciencias», comentaba uno de los portavoces tras ser preguntado por la participación.

Poco antes de las 20.00 horas, las banderas del colectivo 'Solidaritat amb Palestina' habían tomado el parque mientras responsables de la plataforma animaban a los que iban llegando a coger una pancarta reivindicativa para mostrar durante la protesta. ‘Tu lujo, nuestra crisis climática’ o ‘Prou jets privats’ eran algunos de los lemas escritos en los carteles.

Ibicencas como Tere quisieron asistir al estar de acuerdo con «todo lo que dicen ellos». «Si la gente no sale, nada cambia», afirmó.

Beatriz animó a la gente a «demostrar su malestar» y que los vecinos de Ibiza «comiencen a protestar por lo que está pasando».

«No vamos en contra del turismo, sino que estamos en contra de esta permisividad y del todo vale», señaló.

Jaume no dudó en acudir al ver el panorama que se le presenta una vez ha terminado los estudios y ha regresado a la isla. «Es imposible tener una casa y un trabajo que me permita vivir relativamente bien», lamentó.

‘Menys Fitur i més futur» o ‘Más casas para vivir y menos para el turismo’ son otras consignas lanzadas que lograron arrancar los aplausos de la gente.

Durante la lectura del manifiesto, Pedro, un ciudadano sin hogar que reside en el parque, se acercó a los organizadores para denunciar su situación, así como los elevados precios que le piden por una vivienda. «Vendré a hablar con usted», le aseguró una de las portavoces.


Manifiesto

El manifiesto de la plataforma sirvió para exigir una vez más que se pongan límites porque «urge cambiar el rumbo".

Durante el acto que coincidió con el Día Mundial del Turismo, los portavoces afirmaron que las islas han sido puestas al servicio de una industria turística basada en un modelo depredador que ha acelerado la crisis social y ecológica. Sus consecuencias, según lamentaron, "forman ya parte de la cotidianidad de la sociedad pitiusa».

Tras relatar problemas como la masificación de playas o la sequía, criticaron que las administraciones sigan permitiendo acciones como regar jardines tropicales de casas de lujo, construir más villas con piscina y utilizar las reservas de los acuíferos por parte de las instalaciones turísticas. También cargaron contra la llegada simultánea de cruceros, los megayates o los jets privados.

En relación a la crisis habitacional, en el manifiesto de 'Canviem el rumb' hubo espacio para los trabajadores que deben vivir en asentamientos o para aquellos que han acabado marchándose debido a las dificultades para acceder a una vivienda a un precio razonable. «Durante muchos años se nos ha dicho que el turismo generaba riqueza, prosperidad y progreso. Pero después de tantas temporadas de batir récord de llegada de turistas, ¿dónde está esa riqueza?», se cuestionaron.

Desde la plataforma consideraron posible «encarrilar» la situación, por lo que formularon una serie de peticiones como limitar la llegada de aviones al aeropuerto, así como prohibir los jets, la llegada de cruceros y la circulación de megayates y embarcaciones de gran cilindrada.

También exigieron limitar la circulación de vehículos de alquiler y mejorar el transporte público. Entre sus propuestas, solicitaron restricciones a la compra de casas por parte de personas no residentes.
Terminar con la privatización y mercantilización de las playas, regular los precios del alquiler de los locales o que infraestructuras como las carreteras «las pague el turismo», fueron otras de sus exigencias, además de que se ponga fin a la promoción turística de Ibiza y Formentera con dinero público.

«El decrecimiento turístico es una demanda que hacemos a las administraciones, pero también es una apuesta valiente que debemos hacer entre todas», afirmaron en el manifiesto.«Este modelo está comenzando a colapsar», concluyeron.